7/21/2021 11:58:00 p. m.

La Libertad Individual, la Responsabilidad Colectiva


El poder de la decisión, la libertad de espíritu


Por Hasardevi
Julio 21, 2021

Para mi hermano que nació un 21 de Julio y se fue hace ya tiempo, con amor.


...los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros...


 

Octavio Paz (fragmento de Piedra de Sol)


«Cada vez que un hombre en el mundo es encadenado, nosotros estamos encadenados a él. La libertad debe ser para todos o para nadie»
 Albert Camus


Hemos vivido fundamentalmente aislados unos de otros moral e intelectualmente hablando, la relación directa del ser inmerso en una sociedad de consumo se ha centrado en el tener y acumular: títulos, bienes materiales, relaciones “productivas”, trabajos incluso. Hoy, la pandemia obligó a un aislamiento físico y el mundo como lo conocíamos, siempre inhóspito pero accesible al fin y al cabo, cambió rotundamente. ¿Es así? ¿O ya había cambiado pero dejamos de notarlo al encontrarnos tan “conectados” como alienados?


En pleno siglo XXI celebrando los avances tecnológicos e inmersos en el ciberespacio, viviendo realidades virtuales y lamentando el deterioro del ecosistema sin dejar de consumir ni cambiar un ápice nuestras ideas acerca del Ser y el Todo, nos cobijamos en teorías descabelladas antes de aceptar la responsabilidad compartida acerca del virus invasor; de la pandemia.


Con la dificultad que implica dejar de lado el sinfín de preguntas, la cantidad de teorías, conspirativas o no tanto, no queda más remedio que enfrentar la realidad: requerimos protección. Nada está en nuestras manos, es verdad, somos presa de las decisiones que siempre se han tomado por nosotros, vivimos en el sistema que se impone así sea por el que hemos “votado”, es muy poca la injerencia del grueso de la población mundial en las decisiones del 1% aunque seamos el resto del mundo quienes sostenemos el tren de vida de la elite. Hemos aceptado pasivamente entregar nuestra plusvalía y nuestra psique, nuestra anuencia se reitera a diario con el consumo y somos parte activa del juego porque estamos distraídos con el mismo.


Para tocar piso: el panorama es opaco y los más se refugian en creencias y fanatismos; es más bien poco lo que, en forma individual, podemos aportar física e intelectualmente… y sin embargo, hay una fuerza interior enorme que se multiplica como las voces que juntas se alzan por la justicia. El poder del pueblo. El poder de todos. Lo que convoca este poder, que surge de lo más profundo del ser y no se explica, se experimenta, es tan sutil como el poder mismo.

Tiene que ver con la única libertad posible, la interior, la libertad de decidir cómo actuar.

                                                    -  O  -


La Revolución Humana es el proceso fundamental de transformación interna, a través del cual rompemos con los grilletes de nuestro “yo inferior”, sujeto a los intereses personales y al ego, cultivando el altruismo del “yo superior”, capaz de preocuparse y tomar acciones en bien de los demás y, en definitiva, de toda la humanidad. 

                                    Daisaku Ikeda


Hay una pandemia. Son tiempos oscuros para el planeta pues como la ranita del cuento la gente fue siendo cocinada de a poco y, confortable en la tibieza del agua, cuando ésta la quemó fue demasiado tarde. Así de cruel, así de salvaje.


Unos cuantos disfrutan y la mayoría carece de lo indispensable, el sistema capitalista ha depredado la vida en la Tierra y denigrado la moral de la gente. Se confunde compasión con ser “políticamente correcto”, se antepone la ganancia material a la salud y bienestar de los seres vivos. Se trastoca la libertad con el absurdo y se piensa que es felicidad algún momento de euforia.


En medio de la pandemia y la enorme desconfianza de la gente hacia gobiernos, instituciones e incluso hacia la ciencia, el miedo a enfermar no ha sido suficiente para que ésta asuma su responsabilidad en el asunto. El Director General de la OMS Tedros Adhanom dijo en Tokio ante el comité olímpico internacional (otro sinsentido la celebración de estos juegos en plena pandemia) que la pandemia “es una prueba y el mundo está fallando”, este año han muerto el doble de personas que el año pasado, declaró alarmado. Dijo también que  la pandemia terminará cuando el mundo lo decida...


Pero en aras de la verdad, “el mundo” se refiere a quienes lo manejan, al status quo que ha creado millones de pobres y de enfermos y que no brinda un sistema de salud decente para todos porque primero está el negocio de la medicina y las medicinas.


También la gente común tiene responsabilidad, por supuesto. Y es la de ser solidario cuando de buscar el bien común se trata: la vacuna es una forma de detener la pandemia pero resulta que no llega a todas partes por motivos económicos y políticos, y en los países del primer mundo, y algunos como México que ha hecho esfuerzos denodados por garantizar dicha vacuna a su población total, hay gente que se niega a vacunarse arguyendo su derecho y libertad para no hacerlo.


Para resumir el argumento científico: el problema es el contagio que, sin vacunación, refuerza al virus (da lugar a más y más fuertes variantes) y lo hace más contagioso y agresivo. Alcanzar mayor porcentaje de vacunados ayudará a detener la propagación de la pandemia. Pan=Todo, Demia=Pueblo; todos estamos en esto. La enfermedad y la muerte tienen un impacto social y económico. Como humanos, estamos sujetos a una convivencia, para que ésta sea lo más armónica posible se requiere solidaridad, responsabilidad y, desde luego un raciocinio sustentado en la deontología que implica el deber ser dentro de una colectividad.


¿Es necesaria la normatividad deontológica o incluso la coerción gubernamental en medio de una crisis global civilizatoria y de salud o puede el ser humano ejercer su libertad y escoger actuar solidariamente caminando juntos desde un “yo superior”?


El mundo debe ser reconstruido, esta pandemia ya ha impactado y devastado a nivel mundial, pero puede ser peor. Es un momento crucial para la humanidad y si, como dice Camus, la vida es la suma de nuestras elecciones, elijamos la “libertad para todos” porque estamos indisolublemente ligados a nuestras cadenas.


Como dijo Sartre: "Usted es libre, elija, es decir, invente. Ninguna moral general puede indicar lo que hay que hacer; no hay signos en el mundo."