Por Pablo Moctezuma Barragán
(Enviado por Masaguerrido)
El 11 de octubre se cumplieron veinte años de la fundación del Instituto
Federal Electoral y ésta institución está en el ojo del huracán. Mientras
se acercan las elecciones presidenciales de 2012 la crisis política,
económica, social, cultural, ambiental en México se agudiza, sobre todo a
partir del fraude electoral de 2006.
Por lo pronto el 31 de octubre se eligen tres nuevos Consejeros del IFE,
en medio de un profundo desprestigio del IFE. Todos hablan de un retroceso
de ésta institución a partir del año 2003, y diagnostican que el problema
es que los partidos se reparten los puestos por “cuotas”. Se habla de una
democracia “frágil”. Será ese el problema de fondo, ¡no! El problema es de
fondo.
¡¿Viviremos en la democracia?! Según el artículo 3º de la Constitución la
democracia no solamente se entiende como una estructura jurídica y un
régimen político, sino como “un sistema de vida fundado en el constante
mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”.Lo que vivimos en
México es un retroceso en el que empeora aceleradamente la situación
económica, social y cultural de México y su pueblo.
Pero las ganancias de las grandes corporaciones están en ascenso, en 2009,
informa el Banco de México aumentó 33% la salida de ganancias de
trasnacionales y las inversiones de mexicanos en el exterior crecieron 556%
en 12 meses (La Jornada 21 de octubre). El golpeteo contra el pueblo al que
se la aumentan impuestos, se le despide de su trabajo, se le aumentan los
precios de gasolina, gas, luz eléctrica, se le imponen condiciones
precarias de trabajo y salarios de hambre es posible porque quien decide en
éste país son los grandes monopolios preponderantemente norteamericanos,
que no pagan impuestos y hacen gran negocio con la banca, los energéticos,
la minería, las líneas aéreas.
En México se impulsó el neoliberalismo y con él las grandes corporaciones
son las que toman las decisiones a favor de los monopolios nacionales y
extranjeros. El neoliberalismo tiene su propio sistema político y es ese
sistema, que receta el Banco Mundial junto con el libre mercado es el que
se ha establecido en México. Un sistema de partidos, “pluripartidista”, de
alternancia en el poder de fuerzas políticas que obedecen a los mismos
intereses, los del gran capital. Así, no hemos transitado a la democracia
como dicen, sino del monopartidismo al bipartidismo, del PRI-Gobierno al
gobierno del PRIAN. La dictadura de las grandes corporaciones esta
garantizada mientras estos dos partidos, que se complementan, pues son dos
caras de la misma moneda, estén en el poder. PRI y PAN condujeron a México
a la subordinación al FMI y el Banco Mundial, al congelamiento salarial, la
privatización de las empresas públicas, el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte, el Fobaproa-IPAB, la Alianza para la Seguridad y la
Prosperidad de América del Norte, a la Iniciativa Mérida y la integración
militar subordinada hacia EEUU.
En la celebración del 20 aniversario del IFE, Salinas de Gortari fue la
estrella principal, en su discurso afirmó que: “La alternancia es la prueba
de la democracia” y que el IFE significo “un paso mas en la construcción
democrática de México”. Según José Woldenberg México vive en un país
democrático a partir de 1a “ciudadanización” del IFE y de la alternancia en
el poder. Según él “Se desmontó el sistema autoritario y se construyó un
sistema democrático en el que el Ejecutivo es un poder entre otros.”
Sin embargo la “democracia” de la que hablan, no es otra cosa que la
“democracia estilo americano” que disfraza la dictadura de las
corporaciones quienes toman las grandes decisiones y pugnan por imponerlas
a todo el mundo. La transición se dio de un sistema monopartidista a un
sistema bipartidista que es el modelo clásico del sistema capitalista. A un
sistema político en el que la cúpula tiene todo el control, comenzando
porque cuentan con el monopolio del registro de candidatos. Así controlan a
los diputados que son quienes nombran a los consejeros del IFE y a los
senadores que nombran magistrados del TRIFE y escogen a partir de la
propuesta del Presidente a los ministros de la Suprema Corte. Entonces,
todos los funcionarios están controlados por esa cúpula, los tres poderes
sirven a un solo poder, el del gran capital corporativo. Por eso favorecen
a las empresas mineras, y dejan sin rescatar a los mineros de Pasta de
Conchos,y dejan impune la muerte de 49 niños en la Guardería ABC y permiten
la quiebra de Mexicana golpeando a trabajadores y consumidores, sin
responsabilizar a Gastón Azcarraga del respeto de sus derechos, y paran las
turbinas de las hidroeléctricas para favorecer a las empresas gaseras
españolas, lo que a la postre provoca inundaciones en Tabasco, y permiten
las cuotas más altas en telefonía, y rescatan a banqueros y automotrices
extranjeros a costa de los trabajadores y el pueblo. Toda la política
favorece a los grandes monopolios y sacrifica al pueblo trabajador, así
como a los consumidores.
Este sistema antidemocrático lo permite. La creación del IFE y las
reformas de 1993, 1994, 1996 han construido un sistema bipartidista en el
que aún existiendo siete partidos todas las decisiones las toman la alianza
PRI-PAN, que se pelean los puestos y posiciones, pero se unen por el mismo
proyecto. Por eso la alianza con el PAN que impulsa Jesús Ortega y Manuel
Camacho y que no se limita a la unión PRD-PAN en las elecciones de 2010 y
2011, es un paso más para impulsar el proyecto bipartidista de Washington
que gusta de darnos a escoger “libremente” entre Pepsi Cola y Coca Cola.
Pero si surge un Proyecto Alternativo de Nación que afecte a las grandes
corporaciones como el de Andrés Manuel López Obrador que plantea defender
petróleo y petroquímica, minería para que quede en manos de la Nación, se
le ataca abiertamente. El IFE le quita sus “spots”, mientras que las
campañas televisivas de Peña Nieto y Marcelo Ebrard van viento en popa. Lo
obliga a comparecer y a dar cuentas y le niega la libertad de expresión, en
una clara criminalización de la disidencia. Mientras tanto en México
continúan las campañas de lodo y de dinero, la compra de votos, la coacción
a empleados, el corporativismo, la ingerencia de las autoridades, en el PAN
igual que en el PRI. Queda claro que el IFE es el aparato al servicio de
los poderosos y para el control del sistema político mexicano por la
oligarquía proyanki y que si ha habido cambio en México, ha sido un cambio
en reversa.
Pero en México se vive un despertar, un movimiento para regenerar y
renovar a nuestro país. El 2 de Octubre de 2010 se reunió en el Club de
Periodistas, el Congreso de la Soberanía que planteó la renovación
democrática de nuestra sociedad, sobre la base de financiar al proceso
electoral y no a los partidos, que sean los electores quienes seleccionen a
los candidatos, que las campañas sean equitativas, con tiempos iguales en
medios y campañas de propuestas, sin ataques ni compra de votantes. Que los
electores manden sobre sus representantes, quienes tienen que desarrollar
el programa aprobado en las elecciones.¡Basta ya de que los funcionarios
actuén a su antojo! El sistema político actual les de un cheque en blanco y
eso no es democrático. ¡¿Cuándo habló Calderón en su campaña de privatizar
PEMEX o de iniciar una guerra interna contra el narco? En elecciones
prometió ser el presidente del empleo!! Pero despide a 44 000 electricistas
con la mano en la cintura. El representante tiene que obedecer a los
intereses de sus representados y no al revés. Por último es necesario crear
un mecanismo de revocación de mandato para los funcionarios que no cumplan
con sus representados. En democracia, el pueblo es quien decide, se
empodera y define el rumbo del país. Entonces sí habrá un mejoramiento
económico, social y cultural.
Estamos en un momento histórico, el plantear el nuevo proyecto de Nación
es el primer paso para una transformación profunda y positiva de la
situación de nuestro país y el inicio de un proceso que nos traerá
democracia y también justicia y paz.
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