7/10/2022 05:09:00 p. m.

Andrés iconoclasta

Andrés el iconoclasta.


El movimiento iconoclasta fue una reacción al interior de la Iglesia católica que ocurrió cuando, en el siglo VIII por resolución del emperador León III, se prohibió la adoración de imagenes. Los iconoclastas sostenían que la veneración de ídolos era contraria a lo que establecían la sagradas escrituras, específicamente en el libro del exódo, y por tanto era necesario acabar con las prácticas paganas y por ello se dedicaron a la destrucción de imágenes.


La iconoclastia no pudo acabar con la necesidad de las personas de contar con un objeto tangible para la adoración, la prohibición se levantó en el Concilio ecuménico de Nicea en 787, y las imágenes sagradas perduran hasta nuestros días. Perdura también el uso del término iconoclasta para definir aquellas rebeldías que rompen "imagenes" , modelos establecidos o pautas de comportamiento. Cierto es también que existen grupos que creen que son "iconoclastas" porque salen a destruir todo aquello que, según su interpretación, representa un sistema social con el que no están de acuerdo.


La transformación del orden social es también ruptura, o mejor dicho, rupturas y es inevitable que las imágenes que servían de modelo salten hechas pedazos víctimas de la onda expansiva de la nueva realidad.


Como líder del movimiento de regeneración nacional primero y como Presidente de la República después, Andrés Manuel López Obrador realiza de manera cotidiana acciones que quitan máscaras, tiran ídolos de barro o destruyen imagenes; es sin proponérselo, o es todo premeditado?, un iconoclasta.


Así, cayeron las máscaras progresistas que portaban algunos comunicadores, por cierto muchos de ellos portaban también la máscara de periodistas, y quedó exhibido su verdadero rostro. En casos extremos, no sólo cayó ésa máscara sino que se destruyó la imagen de mártir del periodismo que la sociedad había forjado para vestir a cierto personaje de cuyo nombre no vale la pena acordarse.


Y así como en el periodismo hubo afectados por el impetu iconoclasta de la 4ta transformación, estallaron en pedazos ídolos de la intelectualidad, la politica, la industria del entretenimiento y la Academia. 

Ahora nadie que pretenda en la vida pública enmascarse estará a salvo de ser exhibido en una nueva realidad en que la transparencia es premisa y esto vale para propios y extraños.



Y vaya que la reacción ha tratado de enmascarse y a su imagen de ídolo de la televisión, por ejemplo, sobrepusieron las máscaras de epidemiológos, expertos en aeronáutica, analistas financieros, feministas, ecologistas, ingenieros en todas las ramas de la ingeniería, diplomáticos, etc. No entienden, no entenderán, que la sociedad ya cambió y que  no compra ya las baratijas que le ofrece la mercadotecnia de los mass media.