¡Al ladrón! ¿no? De la difamación como estrategia
Por Hasardevi
Mayo 7, 2015
Con respeto y solidaridad al Dr. Lorenzo Meyer
La consigna es
¡todos son iguales! Primero, al parecer, refiriéndose a los políticos. Pero
ahora por extensión –y por consigna pareciera también, que periodistas,
intelectuales y todo crítico del régimen caerá en esta definición: ¡Todos son
iguales! ¿Iguales de qué? De corruptos, de indignos, de charlatanes, de…
metalizados, que los que se han ganado -a pulso- un lugar en la historia de la infamia nacional por vender su pluma.
Primero, ante el despliegue de solidaridad y simpatía hacia Carmen Aristegui, MVS desliza
maliciosamente que la periodista ganaba “jugoso salario”. Como si eso fuera, en
sí, una falta, y con la aviesa intención de ¿restarle mérito como persona, como profesional? Además de que las cifras fueron exageradas posteriormente por los oficiosos de la información en las redes.
Ahora en esas mismas redes leemos: “el Dr. Lorenzo
Meyer ganó en 2014 dos millones y pico mil de pesos, cantidad mayor al sueldo del presidente de
la República” (es decir EPN). Y bueno, no que a ese monto asciendan todas sus
entradas sino que esa cantidad le fue pagada por el canal 11 del IPN, es decir
por la SEP, es decir, “¡son fondos públicos!”, se desborda preocupado el vocero de dicha "información". Así de baladí la cosa. Así de
tendenciosa la noticia. Y va a más. “Destapa”, sin derecho alguno, otros
honorarios pagados al Dr. Sergio Aguayo, y otros participantes en programas del canal 11 como el periodista Javier Solórzano.
Hasta donde
sabemos, ni el Dr. Meyer, ni otros académicos y comunicadores mencionados en "enlapolitika" son servidores públicos
con obligación de transparentar sus ingresos, en particular, la posición independiente del Dr. Meyer es bien conocida en su trayectoria como historiador, investigador, autor, conferencista, panelista en diversos programas radiales y televisivos, etc. Ante todo, es un intelectual destacado y un ciudadano intachable.
Así que en este
tiempo, teniendo que lidiar con un gobierno ahogado en la corrupción y ebrio de
soberbia al cual los medios, ya no sólo los masivos mercantilistas con su
consabida falta de ética -sino también aquellos infiltrados en las “redes sociales”- encuentran más importante “denunciar” las “ganancias” y exhibir los “defectos”
de intelectuales y periodistas que se han distinguido por hacer una crítica
argumentativa, un análisis histórico, jurídico, periodístico, etc. De los
problemas de este país y sus políticas económicas y sociales, sin estirar la
mano hacia las dádivas más que generosas del poder en turno.
Una más de las
infamias e indignidades que registraremos en esta larga lucha para regenerar
las entrañas de este país maltrecho, lleno de oportunismo e indignos que buscan
notoriedad (por lo menos, quién sabe qué más…) diseminando información que el
IFAI no tenía por qué hacer pública, de ser cierto que de ahí proviene y de ser
cierta, también, dicha información.
Por otra parte,
evidentemente con dos milloncitos al año, al “presidente” Peña no le alcanzaría
para la casa Higa y otros sonados lujos que se le conocen. Se sabe abiertamente
que ese “sueldo” es meramente simbólico. Las “compensaciones” son lo
importante, para no hablar de los asuntos nebulosos que le traen, esas sí “jugosas”
ganancias, como por ejemplo, de nuevo… Higa…
Sólo un afán
malicioso y una falta de escrúpulos y criterio, puede explicar la conducta de
estos que propalan tal información de gente honesta como el Dr. Meyer y otros
mencionados en ese “estudio”. ¿Será que el resentimiento social los embarga por
no haber podido ganar una cantidad semejante o al menos que satisficiera sus
necesidades primordiales? ¿Así es como se van dirigiendo al camino de los “aportes”
del erario estos oficiosos de la divulgación salarial? ¡Qué vergüenza! Pero es
un hecho que escogieron divulgar con mayor fervor esa información y no la de que EPN gasta
13 millones de pesos al día en su propaganda. ¿Será que... algo de ahí se "derrama" también en las "redes"? Supongamos, sin conceder, claro, que no sea así.
Muy triste resulta más aún, ver cuán fácilmente caen los incautos de las “redes”, en la "red" de estos medios quienes, al estilo "cardenista" (de Luis Cárdenas) simulan ser contestatarios y una vez acomodados en su sitial mediático, comienzan a dar golpes bajos a los verdaderos opositores al régimen y lisonjean con toda impudicia al poder en turno. Hay que
leer y cultivar mente y espíritu para romper las cadenas del “pequeño
hombrecito (mujercita)”. Wilhelm Reich dixit.
1 comentarios:
Sin duda vivimos tiempos canallas. Celebro su postura de denuncia por el denuesto al Dr. Lorenzo Meyer.
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