13 de Junio 2018
Por Hasardevi
Mediante la mentira, el
hombre aniquila su dignidad como hombre. Immanuel Kant.
Hay que ser honestos. En cualquier trabajo, más allá de
preferencias, simpatías o fobias, se debe ser honesto. Desacreditar el propio
trabajo para alentar un fraude no es honesto.
Servir de apoyo a un irresponsable dirigente de un órgano
arbitral imparcial como debería ser el INE, al declarar que las encuestas que
se han hecho de manera muy profesional, que han servido para que en ocasiones
anteriores sirvan de indicador casi infalible de quién ganará una elección,
pueden “fallar”, no es honesto.
Córdova ha sido una pesadilla, no sólo él, el aparato en
pleno de ese instituto malhadado que ha servido para validar fraudes costando
muy caro a la ciudadanía, ha actuado siempre en contra de los intereses de los
ciudadanos. Córdova debió ser removido de su puesto cuando salió a la luz su
desprecio por los indígenas de este país, su grotesca expresión acerca de un
ser humano en estado de sufrimiento no puede ser tolerada en un alto cargo en
el que se supone se defiende la democracia y por ende los derechos de los
ciudadanos en materia política.
Pero Lorenzo Córdova sigue ahí, junto con una camarilla de
voraces irresponsables a los que la democracia les importa muy poco mientras
ellos sigan gozando de impunidad y de privilegios totalmente inmerecidos. Ahora
dice que el veredicto final es del INE, no de los ciudadanos, el día de la
elección; y se apoya en encuestadores como Roy Campos de Mitofsky quien
desacredita su propio trabajo y dice, sí, “el INE tiene la última palabra”,
tampoco dice los ciudadanos, que conste.
Recordemos lo dicho por Bernardo Barranco al presentar su
libro El Infierno Electoral, en donde se documenta el fraude perpetrado en el
Estado de México contra la maestra Delfina, contra Morena, contra la ciudadanía
que la votó, contra la ciudadanía en general así no hayan votado por ella,
porque es actuar en contra de la democracia que aseguran abanderar.
Barranco narra en su “Infierno Electoral”: “en el INE
Córdova Reina, pero Baños gobierna”. Marco Antonio Baños es el presidente de la
Comisión de Capacitación y Organización Electoral, él es el artífice del fraude
que viene con la complicidad claro está de todas las autoridades de ese
instituto.
Al faltar escasos 20 días para la elección, una tan
importante como ésta, se le “ocurre” al Sr. Baños, en representación del INE, lo siguiente:
“…el proyecto propone que se tome como un voto válido
cuando la expresión que se coloque sobre la boleta sea clara respecto de la
intención del voto: un nombre, un apellido de los candidatos que en el contexto
de esa boleta indiquen con claridad que se está votando por esa persona.
La autoridad electoral instruyó a la Dirección Ejecutiva
de Capacitación Electoral y Educación Cívica (DECEyEC) a tomar las medidas
necesarias durante la capacitación y los simulacros respectivos, a fin de
que el presidente de cada Mesa Directiva de Casilla decida sobre la validez y nulidad
del voto, en función de la voluntad expresada por el elector en la boleta.
(El subrayado es mío)
Como se puede apreciar, deja a la discrecionalidad del
presidente de cada casilla ¡si el voto es válido o no! Ya se puede imaginar la
forma en que se cometerá el fraude al momento del conteo.
Personas que están como presidentes de casilla nos han informado
que hay descontrol en los capacitadores ya que muestran ignorancia acerca de
esta modificación a la norma. La percepción es que se crea confusión al
establecer reglas subjetivas en el último momento. Los capacitadores,
ignorantes de estas “nuevas reglas”, capacitan tradicionalmente, con el manual.
También cambió lo relativo a la votación por coaliciones, lo
cual también mueve a confusión, ya que se pueden hacer combinaciones dentro de
la coalición.
Como vemos, los ciudadanos estamos a merced de los intereses de
un grupo, de una camarilla de irresponsables en el mejor de los casos, en el
peor, en manos de una mafia que está dispuesta a impedir a toda costa que
elijamos libremente a quien queremos que gobierne nuestro país. Lo más triste,
que esta mafia tenga el apoyo casi incondicional de profesionales que deberían
valorar su trabajo y el de la gente que trabaja para ellos y actuar con
honestidad. Ellos también son ciudadanos pero ¿acaso defienden privilegios, prebendas?
Eso no es honesto, puede que no sea ilegal, pero es inmoral y una deshonra.
Hago un agregado a lo anterior.
Se está confundiendo encuestas, con sondeos de opinión e incluso con debates. Se hacen programas y programas en los que se "debaten propuestas", que en realidad son intercambios de acusaciones y groseros montajes de mentiras con muy pocos buenos argumentos y éstos casi siempre de una sola de las partes. Se da una importancia casi solemne, como si de una ceremonia cívica se tratase, a los debates entre candidatos organizados por el INE. Grandes sumas de dinero del erario son invertidas en estos espectáculos que cada vez rayan más en lo grotesco. No se respetan las reglas, los moderadores no moderan, los candidatos no debaten, y en fin, reducen a la ciudadanía a simples espectadores de sus pésimas puestas en escena. Y sin embargo, a estos debates se concede una determinante influencia, montando tras éstos, otros shows aún peores en los que se denuesta y se miente al por mayor -por otras personas- a los protagonistas del susodicho debate.
Se insiste con obcecación ¡¿quién ganó el debate?! ¿quién de los candidatos "lució" mejor? ¿quién habló mejor? ¿quién se movió mejor? ¿quién manejó más cifras? y así ad nauseam. Nunca, por cierto, se osa preguntar ¿quién dijo la mayor mentira? Pero se clama abiertamente en todos los noticiarios y editoriales, en las redes sociales y programas de "opinión y/o análisis" que esos debates harán ganar o perder puntos a los candidatos. Falacia tras falacia. Pero entonces, cómo es que se otorga tal influencia a un debate como indicador de un posible candidato triunfante en la elección, pero se pone en duda el trabajo metódico de diversas encuestadoras, algunas con verdadero prestigio por su metodología y profesionalismo, que coinciden en poner a uno de los candidatos 20 ó más puntos arriba llegando al extremo de decir que al final pueden no tener ninguna validez los datos arrojados en éstas y que "cualquier" cosa puede ocurrir el día de la elección.
Con esos antecedentes de coincidencia entre las encuestas y con la enorme diferencia que separa al puntero de los demás, eso, en idioma mexicano se traduce así: fraude a la vista.
0 comentarios:
Publicar un comentario