7/19/2018 04:49:00 p. m.
De la política del cinismo, a la política de la esperanza
Por: S.On @a_trochemoche
Julio
27 del 2004. No, ni pensarlo, es negro.
Llego
del trabajo, en la casa donde me hospedaba se ocupan viendo por TV la
Convención Nacional Demócrata en apoyo al candidato John Kerry. Es el momento
en que anuncian que el senador por Illinois, Barack Obama, va a dirigir un
discurso. Se le escucha pronunciar una oratoria diferente, ágil, con presencia
de clase, y en el cual describe la intención política de los candidatos
aspirantes a la presidencia del país. El orador describe su historia personal y
sus anhelos de reafirmar los valores y compromisos de la sociedad
norteamericana.
Pocos
dieron cuenta de que se estaba haciendo la presentación o el lanzamiento de un
movimiento que llevaría a Barack Obama a ocupar la presidencia en la siguiente
campaña. Recuerdo haber hecho el comentario de que era interesante ver a una
persona de color, un excelente orador que cautivaba con su presencia y
alocución en esa convención y que posiblemente sería un buen candidato a
futuro. Me contestaron: No, ni pensarlo, es negro.
Ahí
fue cuando él expresó esta frase: Al final, de eso se trata esta elección.
¿Participamos en una política de cinismo o una política de esperanza?
HOPE -Esperanza- fue la
palabra clave que usó durante su campaña y bajo la cual se creó una gran
organización innovadora que utilizó acertadamente los recursos mediáticos para
comunicarse. Una campaña que aglutinó a organizaciones sociales que apoyaron
esa aspiración de una esperanza de cambio.
Crearon métodos para allegarse de los
fondos económicos que necesitaban para poder llevar a cabo su meta promoviendo
al candidato. HOPE la palabra lema, así como también, hicieron uso de la
frase que nosotros conocemos bien: Yes we can -Sí se puede-
Y
sí, se pudo, vencieron, ganaron la elección, después de 21 meses de campaña el
candidato había recibido una copiosa votación donde se vio favorecido
mayoritariamente, destacando el apoyo del afroamericano, del latino y así como
de los jóvenes que esta vez han salido a votar.
El
día 11 de noviembre del 2008 en la ciudad de Chicago, Barack Obama pronuncia su
discurso de la victoria, enfatizando el Sí se puede. La campaña además de
innovadora fue exitosa, y ahí, jubilosa, la multitud reunida responde con
esperanza: Sí se puede.
Reunidos
vemos entre la multitud a líderes y luchadores sociales festejando la satisfacción
de haber logrado lo imposible, un afroamericano es el presidente de los Estados
Unidos.
Todo
parecía inmejorable, se ganó la presidencia y la mayoría demócrata en las dos
cámaras, se tenía una oportunidad única para poder llevar a cabo un cambio en la
política social en favor de las clases necesitadas, se tenían propuestas para
ello y se confiaba, se tenía esperanza. Pero ¿se pudo?
Barack Obama inicia su gestión
enfocándose en resolver la crisis económica heredada, recibe una rápida
respuesta por parte de los congresistas que alivió principalmente el daño
causado por la crisis inmobiliaria. Política
de esperanza.
No
tuvo esa misma suerte su propuesta de cambio para el sector salud, uno de sus
compromisos de campaña. Su propuesta original fue rechazada y se prolongó su
discusión en el congreso que veía que su aprobación dañaría sus aspiraciones
políticas para la siguiente elección. La reforma al sistema de salud sería
aprobada finalmente pero no era la reforma que la sociedad requería, sino la que
las grandes corporaciones médicas y compañías aseguradoras permitieron. Peor aún sucedió con su propuesta de reforma
migratoria, que tuvo un proceso sin desenlace, nunca se tuvo intención de
realizarla por parte del congreso. Política
de cinismo.
Ese fue
el resultado que obtuvieron los que apoyaron esa elección. Se derrochó la
confianza y se acabó la esperanza, los líderes sociales simplemente se llenaron
de júbilo y se convirtieron en espectadores, no hubo un seguimiento ni una
continuación de la lucha, no hubo el empuje con tenacidad para en verdad
conseguir los cambios necesitados, algunos personajes desaparecieron del
ambiente, otros se convirtieron en persistentes críticos del presidente pero no
señalaban que el problema radicaba en el congreso, donde los mismos demócratas impedirían el cambio en aras de no
arriesgar su silla en el congreso, lo que al final ni eso pudieron conservar.
Y
mientras, empezó la contra campaña, la de desalentar la esperanza y desconfiar
del cambio, la del obstruir y denostar, la clasista, la supremacista, en
resumen, todo lo malo que pudiera suceder se le nombró “Obama”, aprovechando la
pasividad y el conformismo social para desactivar la esperanza creada hasta
llegar a lo que ahora se padece, tener como presidente actual a un digno
representante del fascismo, quien recibió el apoyo de las grandes corporaciones
de la economía y de la guerra y así como también de la clase social que no
recibió los beneficios que le fueron obstruidos mediante esas manipulaciones, y
que paradójicamente elige a sus verdugos, a los que se habían dedicado a
revertir los pequeños logros alcanzados afectandose ellos mismos. Política de cinismo.
Julio
1 de 2018 No, ni pensarlo, es un
peligro para México
Este 1 de
julio hemos sido partícipes de un proceso al que se le ha llamado histórico por
la magnitud y esperanza que significa que por fin en nuestro querido México la
gente se ha pronunciado por cambiar, apoyando y participando en el movimiento
que encabeza el Lic. Andrés Manuel López Obrador en conjunto con el Movimiento
de Regeneración Nacional y que después de larga y ardua lucha logran acceder al poder al recibir la
confianza depositada en las urnas y que incluso le ofrece contar con una
mayoría legislativa para que su proyecto se realice sin menoscabo. Este es un
hecho para celebrar, como gustosamente lo ha expresado la mayoría de la
población, debemos de sentirnos orgullosos todos, incluso las personas que no
estén de acuerdo, de haber podido lograr que se respete la decisión de la mayoría
en un hecho hasta el momento terso y en armonía, derrotando así la inadecuada
actuación de las autoridades electorales.
Este
movimiento debe ser permanente, la política de esperanza ya la logramos, ahora
debemos seguir a la política del cambio en nuestro beneficio. No nos
conformemos y continuemos participando para evitar el regreso de la política
del cinismo y la corrupción y tengamos presente siempre que
Por
el bien de todos primero los pobres.
(Leído en el programa @delcaosalcosmos)
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