junio 2011
mexteki
Pero por encima de estas luchas coyunturales, es claro que PRI y PAN son dos caras de la misma moneda. Ambos son un peligro para México.
El desastre actual comienza cuando el PRI endeudó al país. Con López Mateos la deuda alcanzó 1,600 millones de pesos, al finalizar el gobierno de Díaz Ordaz, la deuda alcanzaba 3,600 millones y con Echeverría se disparó a 19 mil millones de dólares.
Ya endeudados, Echeverría nos metió al FMI, que comenzó a dirigir la política económica de México, congelaron salarios, metieron el IVA, que es el impuesto más gravoso. Con José López Portillo la deuda alcanzó 85 mil millones, para entonces el petróleo que desde 1938 era para uso exclusivo del desarrollo de México, se convirtió en el principal producto de exportación, tal como lo deseaba Washington.
Bajo las directrices del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari, abrieron la economía y comenzaron la privatización de las empresas públicas.
Salinas impulso el Tratado de Libre Comercio de América Latina lo que destruyó la economía nacional invadida hoy por las corporaciones gringas. Con el TLC nos prometían más empleos, mas salarios, mas productividad, pero resultó todo lo contrario, crisis, desempleo, emigración, pobreza y crimen.
Ernesto Zedillo Ponce de León le vendió los ferrocarriles a los gringos y con nuestro dinero rescató con el Fobaproa a los bancos extranjeros y continúo las políticas neoliberales. Además implementó el plan gringo de establecer en México el bipartidismo PRI y PAN alternándose en el poder. Ese es el modelo político que impulsa el gran capital, imponer un sistema en el que la alternativa es “Coca Cola o Pepsi Cola”.
El PAN siempre ha sido un partido altamente reaccionario, pro extranjero y pro fascista. Vicente Fox Quezada sometió a México a la Alianza para la Prosperidad y la Seguridad de América del Norte
Felipe de Jesús Calderón Hinojosa comenzó la integración militar, impulsó la guerra que le recetó Washington y entregó el país y su Soberanía al Imperio Yanqui.
El PRI y el PAN son dos caras de la misma moneda, los dos se alternan en el poder para servir a los grandes capitales en contra de México.
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En México hay mucho dinero, pero las grandes corporaciones y su gobierno pelele acaparan para sí las riquezas. ¡Que gandallas se llevan todo para sus bolsillos.
De que hay dinero hay dinero…pero todo se lo quedan ellos.
Veamos. Dejan de pagar impuestos, por lo menos evaden 800 000 millones de pesos al año. Eso mismo lo informaron Calderón y el entonces Secretario de Hacienda Carstens.
Con el IPAB_Fobaproa. Para rescatar los bancos extranjeros han destinado ya 1000,000 millones de pesos.
El barril de petróleo lo presupuestan muy por debajo del precio que alcanza. En los últimos 4 años entraron 143 mil millones de dólares fuera del presupuesto.
Además el gobierno subsidia a la gran empresa con 300 mil millones, en agua, luz, predial. Mientras más grande la empresa más barato les cobran, mientras que las tarifas domésticas, que paga el pueblo son, con mucho, las más altas.
Hay dinero. El gobierno tiene reservas en el Banco de México de 130 mil millones de dólares. Con una parte de ese dinero se pueden construir refinerías para dejar de importar gasolina, u otras inversiones importantes y necesarias.
A los altos funcionarios les pagan salarios tan altos que si se les rebajara a la mitad se obtendrían por lo menos 200 mil millones de pesos, para invertir en el bienestar y el desarrollo.
Pero todo ese dinero se lo llevan las grandes corporaciones, su gobierno y funcionarios. Los responsables de la cúpula del poder han traicionado a México y pisoteados los derechos del pueblo. Pero el pueblo manda. La soberanía radica en el pueblo. Los trabajadores son responsables de tomar en sus manos el nuevo proyecto nacional.
Todos esos recursos alcanzan para que el pueblo tenga trabajo, buen sueldo, desarrollo y servicios en su propio municipio sin verse obligado a migrar, a irse muy lejos, dejando a su familia desgarrada.
Por eso vamos organizándonos para ejercer la soberanía. Sí hay recursos, la cosa es emplearlos en beneficio del bienestar de la gente. Es indispensable que luchemos por la renovación democrática, para que el pueblo decida qué hacer con los recursos, para que se utilicen en la construcción de un nuevo México, con el pueblo desarrollando todas sus potencialidades y viviendo en bienestar.
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