Por Hasardevi
28 de Enero 2016
Me gustó el título que The
Economist puso a un artículo sobre Sir Anthony Atkinson en el cual, por
cierto, no se esconde la sorpresa ante lo vanguardista de las propuestas hechas
en su libro “Desigualdad ¿qué hacer al
respecto?”:
Mind the gap, como se lee en el metro de Londres para que se tenga cuidado de no
caer en la brecha que hay entre el andén y el vagón al subir. Hoy, lo apremiante es
no “caer en la brecha” enorme de desigualdad entre pobres y ricos que advierte
Atkinson y su aportación consiste en decir “sí hay una manera”, o quince, entre
muchas otras que él aporta en este libro.
No es sólo la izquierda la que advierte ya de los peligros de la
inequidad en el mundo. No es la gente “que no sabe de economía” y no “comprende”
lo que ocurre con la “glogalización”. Hoy están en juego la subsistencia y la
democracia por culpa de estas desigualdades y es hora de actuar. Aquí están las ideas para informarse, para divulgar, para debatir con las armas de la razón.
Este artículo está basado en textos de l’Humanité, The Economist y del
propio blog del autor, acerca de la obra en cuestión.
"Tony Atkinson ha hecho más que nadie para ayudarnos a entender el
significado de la desigualdad, por qué es importante, cómo ha cambiado con el
tiempo, y cómo puede ser influenciada. Él es uno de los grandes eruditos de
nuestro tiempo".
—
Nicholas Stern, London School of Economics and Political Science
La desigualdad es uno de nuestros problemas sociales más urgentes. Si
bien se refrenó en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, regresó
recientemente para vengarse. Todos conocemos la magnitud del problema –la
brecha sobre el 99% y el 1% está muy arraigada en el debate público, pero ha
habido poca discusión de lo que podemos hacer, en lugar de desesperarnos.
No es sólo que los ricos se hagan más ricos, sino que hay cada vez más
pobres en el mundo y la brecha es enorme. Contra los argumentos y excusas
comunes para la inacción: que con la intervención del Estado se contraerá la
economía, que la globalización hace que la acción sea imposible, y que hoy no
podemos darnos el lujo de nuevas políticas. De acuerdo con el distinguido
economista Anthony Atkinson, sin embargo, podemos hacer mucho más de lo que los
escépticos se imaginan.
Más radical que Thomas Piketty, Atkinson cree que el gobierno debe
inmiscuirse en los mercados en todas las formas posibles para influir en la distribución
de recompensas económicas. Las recomendaciones de Sir Anthony evocan los años
1960 y 1970, cuando los sindicatos eran una fuerza dominante en la política y
el Estado era visto como un vigilante indispensable en los mercados.
Extractos de una entrevista hecha a "Sir Tony"
Anthony Atkinson "contra la desigualdad, la cuestión del pleno
empleo debe ser la prioridad"
El economista británico Anthony B.
Atkinson lleva medio siglo trabajando enfocado en los temas de la distribución de la riqueza,
la desigualdad y la pobreza, y ha publicado cincuenta obras que le dieron fama
internacional. Con este libro recién publicado, Inequality -What can be done? Thomas Piketty, autor de “El Capitalismo en
el siglo XXI”, quien es su discípulo y escribió el prefacio al libro de
Atkinson, dice que “el científico de la legendaria prudencia, se sumerge aquí
en el debate."
Es éste un verdadero programa de acción
que desarrolla el autor en 15 proposiciones que van desde la fiscalización a la
seguridad social, pasando por la lucha contra el desempleo, las políticas de
innovación y de ayuda para el desarrollo. Atkinson dice de manera optimista y
firme que “el mundo enfrenta problemas enormes, pero colectivamente, no somos
impotentes ni nos enfrentamos a fuerzas incontrolables”.
Atkinson dice en entrevista a l’Humanité
que su trabajo, comenzado desde los años 1960, le ha dado una perspectiva a
largo plazo y le ha permitido mostrar que la mayor parte de los países europeos
han atravesado períodos significativos en los que han visto una disminución de
las desigualdades, y añade que “El capital en el siglo XXI (Seuil,
2013), de Thomas Piketty, pudo dejar la impresión de que sólo durante la Segunda
Guerra mundial sucedió esto; sin embargo, esto abarca el período comprendido
entre 1945 y finales de 1970 - en el que la tasa de pobreza y el porcentaje de
ricos disminuyeron. “Es importante recordar esto ya que actualmente prevalece
un clima de pesimismo frente a la desigualdad, un sentimiento de que nada puede
hacerse, empero, si uno extrae las lecciones de estos períodos, es posible
emprender las acciones que lleven al cambio.
A la pregunta de por qué siendo él un
investigador universitario, formula un verdadero programa político en su libro -ya
que incluso lo asienta así: “Lo que se puede hacer” para luchar contra la
desigualdad en todas sus formas, Atkinson dice:
Tanto como profesor, como ciudadano, “tengo
la posibilidad y también la obligación, de utilizar mis conocimientos para
responder a las cuestiones políticas actuales. Mucha gente, vecinos, amigos,
colegas, me preguntan ‘¿qué se puede hacer?’ Para responder a esta pregunta,
debemos analizar todos los pormenores de la situación para dibujar los
contornos de lo que puede suceder en el futuro.”
“Una de las razones por las que escribí
este libro, continúa Atkinson, es porque después de publicada la obra de Thomas
Piketty, todo el mundo habló de desigualdades señalando a los ricos y olvidando
la pobreza. Por eso hay que insistir en la importancia que tiene y en el hecho
que pobreza y desigualdad están sólidamente ligadas. La pobreza persiste
porque no se adoptan las políticas capaces de resolver el problema, sobre todo
porque los que detentan el poder, son ellos mismos muy “acaudalados”. Y una de
las causas de la desigualdad es que persiste la pobreza en países ricos.
El autor asienta quince propuestas muy
específicas. Algunas de ellas conciernen a la fiscalización, a los impuestos,
en particular las transferencias financieras. Dice que algunas de ellas ya ha
sido adoptada en Francia: aumento de la tasa impositiva a los más ricos, por
ejemplo. (Lo cual por cierto llevó a algunos ricos en Francia a sacar su
dinero, incluso a abandonar el país. El actor Gerard Depardieu optó por la
nacionalidad rusa y sacó –muy solidario- su dinero de “La France”.) También
recomienda la creación de condiciones de desempeño realistas para los pequeños
inversores que les dé un rendimiento sobre la tasa de ahorro sobre el capital,
ya que se trata sobre todo de personas mayores a quienes cada vez les resulta
más difícil cubrir sus necesidades; y no descender sobre la línea de la
pobreza, lo cual es un factor más de desigualdad. En los últimos años la tasa
de interés no ha sido suficiente para asegurar un rendimiento positivo para los
ahorros debido a la inflación, dice Atkinson y muestra el ejemplo de su
gobierno, el británico, que introdujo bonos de ahorro público para proteger el
patrimonio de los pequeños inversionistas pero que ya se han eliminado.
A diferencia de Piketty que propone un
impuesto mundial sobre el capital, Atkinson dice que globalmente hay que
comenzar por tasar a las compañías multinacionales pero hace falta la
cooperación internacional, la coordinación y la transparencia y aboga también
por un sistema tributario global para los individuos, basado en el capital
total.
Atkinson propone luchar contra el
desempleo y sostiene que el Estado debe ser el garante del empleo en última
instancia. “Es importante que los bancos centrales se ocupen del empleo, no
sólo de la inflación. Por supuesto tenemos que salvar a los bancos, ¡pero también
salvar a la gente! Y para ello, se requiere una garantía de empleo.”
Su consejo para actuar con eficacia
tanto en el mercado laboral como en el del capital es en el sentido de atender
la demanda y la cuestión de los salarios.
Se refirió a la “explosión de los
altísimos salarios” que no sirven a los intereses de los accionistas en las
empresas además de otros aspectos sociales, por supuesto. Podemos mencionar
aquí los emolumentos desmesurados de los grandes patrones y de los cuadros
dirigentes que al mes ganan neto 4,072 euros alcanzando dos veces más que el
promedio de los salarios, 2.5 veces más que los empleados y 2.4 veces más que
los obreros, y qué decir de los super salarios: Sólo cinco patrones de grandes
empresas en Francia, se llevaron 55 millones de euros en 2014; y, a decir del
propio Atkins, “los jefes de las grandes empresas en el Reino Unido han ganado
en 22 horas ¡lo que el trabajador promedio gana en todo el año!”.
Atkinson dice que sus propuestas son
aplicables no sólo en su país de origen, sino también en Francia. A mi me
parece que para cualquier país, México incluido claro está, salarios con menos
franjas de salvaje diferencia, sería lo más sano.
Atkinson propone además, la
introducción de un ingreso mínimo para los niños a nivel de toda Europa, lo que
sería una inversión de la UE para el futuro, una contribución a la equidad
entre generaciones y un medio para reducir la desigualdad entre hombres y
mujeres (la renta básica se pagará a la madre de todos modos).
Respecto al progreso tecnológico en
detrimento del empleo y de la mayoría de los ciudadanos, “Sir Tony”, como le llaman
cariñosamente sus alumnos, dice apoyarse en las teorías de economía emergente para demostrar
que el progreso técnico es el producto de las decisiones de las empresas y los
gobiernos, y tienen consecuencias sobre la redistribución. No obstante, no es
claro que dichas decisiones, en particular las multinacionales, tengan como fin
la justicia social, añade.
Por otra parte, y aun cuando “no está
de moda” la teoría de la intervención pública en la economía, Atkinson sostiene
que puede ser eficaz siempre que haya límites al Estado ya que “por parte de
los mercados también hay decisiones extraordinariamente ineficaces.” Se hace
necesaria, por tanto, la intervención pública para la prestación de servicios. El
economista enfatiza el hecho de que esto no concierne únicamente a los
gobiernos; combatir la desigualdad concierne por igual a los ciudadanos, a los
empleados, a los empleadores que todos somos, dice, aludiendo a una campaña
llevada a cabo en el Reino Unido de manera individual pero colectivamente: “Un salario
que permita vivir”.
“Ahora vemos que el empleo regular a
tiempo completo tiende a ser sustituido por distintas formas de empleo atípico
y algunas personas tienen una "cartera" de actividades. El mercado de
trabajo del siglo XXI va a ser muy diferente al del siglo anterior, y es
crucial pensar en la misión de las instituciones como el Consejo económico de
desarrollo social y ambiental en Francia, y la participación en ella de los
miembros de las organizaciones no gubernamentales, asociaciones de
consumidores, etc., no sólo de los empleadores y trabajadores.”
Respecto a la acogida de su obra en el
Reino Unido, Atkinson se mostró contento de que habían asistido
mayoritariamente jóvenes a las varias presentaciones de su libro y conferencias
sobre el mismo, y que le habían hecho muchas preguntas. “Y muchas personas me
han dicho que no estaban conscientes de que podían hacer algo, de actuar. Esto
corresponde a mi esperanza original: demostrar que hay cosas que no se discuten
ni se inscriben en la agenda, pero que ya se han aplicado en el pasado o que
podemos vislumbrar hacia el futuro”.
“Esto abre el debate
público. Yo deseo dirigirme a mucha más gente, más allá de especialistas,
teóricos y practicantes de la economía. Me dio mucho gusto y me sorprendió que
un lector me dijera ¡que él había enviado 10 libros a sus amigos como regalo de
Navidad!”.
La investigación de “Sir Tony” se ha
enfocado en los siguientes temas:
Distribución del ingreso y la riqueza; La
pobreza y el estado de bienestar; Agenda social europea; Economía pública
mundial; economía del bienestar.
Actualmente su investigación se centra
en lo siguiente:
Mayores ingresos en el largo plazo; Monitoreo
social europeo; Los ingresos en las colonias británicas; Donaciones de caridad
para el desarrollo.
Sir Anthony Barnes "Tony"
Atkinson (nacido el 4 de septiembre de 1944), es un académico y economista
británico que ha sido Senior Research Fellow del Nuffield College de Oxford
desde 2005 y Centennial Profesor de la London School of Economics. Alumno de
James Meade, Atkinson estableció prácticamente sin ayuda de nadie el campo moderno
británico de estudios sobre la desigualdad y la pobreza. Ha trabajado en la
desigualdad y la pobreza por más de cuatro décadas. Es co-autor junto con
Joseph Stiglitz de “Lectures on public economics” (Conferencias
sobre la economía pública)
Las 15 propuestas de Atkinson
(Por Diego Castañeda -tomado de Horizontal-)
- Dirigir el cambio tecnológico
El Estado debe pensarse como inversionista en el progreso tecnológico. El Estado debe preocuparse particularmente por la dirección de ese cambio. Debe fomentar innovaciones que favorezcan la empleabilidad de los trabajadores. El cambio tecnológico tiene un paradigma redistributivo, ya que este resulta en fuentes de ingresos de capital. Como Atkinson mismo lo menciona, aludiendo a James Meade, esto es crucial porque “sí importa de quién son los robots”.
- Fortalecer el sindicalismo no cooptado
Se necesita un marco legal que permita a los sindicatos representar mejor a los trabajadores. Atkinson cita al abogado Shi-Ling Itsu: “El rol de la ley en distribuir la riqueza sigue siendo una caja negra”. El marco legal en la gran mayoría de nuestras sociedades tiene sesgos y es amistoso con la acumulación de capital y la concentración de poder. La organización de los trabajadores es un contrapeso que debemos fortalecer legalmente.
- Buscar esquemas para asegurar el empleo universal
El gobierno debe adoptar un objetivo explícito para prevenir y reducir el desempleo. Esta es una de sus propuestas más radicales: que el Estado se vuelva un empleador de última instancia, ofreciendo un empleo pagado al salario mínimo a todo aquel que lo solicite.
- Asegurar buenos salarios mínimos y limitar los salarios máximos
Establecer una política nacional de pagos, que consista en dos elementos clave: un salario mínimo estatutario valorado al estándar de vida y un código de prácticas sobre pagos por arriba del salario mínimo; estos dos elementos como parte de una conversación nacional y de la formación de un consejo económico y social.
- Incentivos subsidiados al ahorro
El gobierno deberá ofrecer una cuenta de ahorros, garantizando una tasa positiva de retorno. Esta es otra de las medidas innovadoras de Atkinson. Si las personas han de acumular capital, es necesario incentivar el ahorro, para que los usuarios incrementen su patrimonio.
- Herencia mínima universal
Debe existir una dotación de capital para todos. Atkinson propone que el Estado otorgue una “herencia mínima” a cada individuo cuando cumpla la mayoría de edad, con el fin de que inicie su vida adulta poseyendo algo de riqueza, siendo financiada por impuestos progresivos sobre la tenencia de la tierra. Un ejemplo de estos impuestos progresivos sobre la tenencia de la tierra es el impuesto predial.
- Inversión de capital público a largo plazo
La creación de una autoridad pública de inversiones. Una especie de fondo soberano que se dedique a buscar inversiones para acrecentar el acervo de riqueza del Estado con la finalidad de conseguir una mayor igualdad intergeneracional.
- ISR hasta del 65% en los percéntiles más altos
El retorno de la estructura progresiva de los impuestos: elevar la tasa marginal del impuesto al ingreso (ISR) hasta en un 65%, y favorecer los impuestos directos sobre los impuestos al consumo.
- Descuentos en impuestos si eres de bajos ingresos
La introducción de un descuento sobre el impuesto al ingreso para los ingresos más bajos. Esta idea es semejante a la propuesta de los economistas Milton Friedman y James Tobin, que consiste básicamente en otorgarle una transferencia neta a la primera franja de ingresos.
- Impuestos diferenciados a la herencia
Las herencias en vida deben ser sujetas a un gravamen de manera progresiva.
- Recalcular y reforzar el impuesto predial
Crear un nuevo sistema de impuestos sobre la propiedad, un impuesto que grave el valor real y esté bien diferenciado.
- Darle un salario a los niños
Subsidios que deben ser pagados a todos los niños al valor mínimo de subsistencia, pues son el futuro y esos años son cruciales.
- Creación de un ingreso básico o universal
Una transferencia a nivel nacional a todos los ciudadanos, aunque no trabajen.
- Pensionar a todo el mundo
Una cobertura universal de seguridad social para los adultos mayores.
- Cobrarle impuesto redistributivo a los países ricos
Que los países con mayores ingresos aporten el 1% de su PIB para el combate a la pobreza y la desigualdad en los países más pobres, creando un compromiso de cooperación internacional en la materia.
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