Por Jorge G.
Mayo 9, 2025
Han transcurrido apenas ocho meses del segundo gobierno de la 4ta transformación, el segundo piso es como lo designó la PresidentA, y no dejan de ocurrir cosas que eran previsibles; la guerra sucia contra el nuevo gobierno no tiene nada que envidiarle a la cual estuvo sometido el presidente López Obrador y su gobierno. Sí existe un añanido, esta nueva etapa de la guerra sucia viene con su enorme dosis de misoginia.
Pero algo que no se esperaba, tal vez no con la enjundia con que se hicieron presentes, es el surgimiento de los guardianes de la pureza.
Y no se trata de menospreciar la importancia de salvaguardar los principios del movimiento pero la actitud que asumen algunos personajes ante decisiones difíciles de entender, hace pensar que su interés es ajeno al buen desempeño de la transformación.
Los guardianes de la pureza ideológica del movimiento y del gobierno, aunque en el gobierno no debería haber pureza ideológica sino honestidad y compromiso con los programas de gobierno, están atentos a cualquier designación de funcionarios públicos que no se ajuste a sus parámetros para llamar, como ya lo hacen desde ahora, al voto de castigo en 2027 por supuestas traiciones al movimiento.
Y aquí no importa si se trata de un cargo en la televisión pública del Estado o en un organismo descentralizado de la Ciudad de México, las descalificaciones, con lenguaje propio de los odiadores, siempre alcanzan a la PresidentA.
Pero mientras los guardianes de la pureza están ocupados cazando chapulines o evidenciando a impresentables, a ras de tierra ocurren situaciones que son más peligrosas para la continuidad de la cuarta transformación; basta salir a las calles y platicar con gente de a pie para darse cuenta de la enorme influencia que tienen todavía los medios de información en amplios sectores de la sociedad.
Es cierto que el pueblo mexicano está muy atento al acontecer político pero si no dispone de los medios necesarios para identificar las noticias falsas y la manipulación informativa, su posición ideológica es muy vulnerable todavía.
"Claudia quiere prohibir la libertad de expresión", "la elección de jueces es una farsa" , "no podemos votar por los que no conocemos" , "van a meter a AMLO a la cárcel", "la pensión es un derecho, no se la debo a nadie", son frases que se pueden escuchar fácilmente en las calles durante estos días.
Es la pobre convicción la que, influida por los medios, representa un mayor riesgo para la transformación, al menos en el plano electoral.
Los beneficiarios de los programas sociales que no han sido alcanzados por la revolución de las conciencias no dudarían en votar otra vez por el pri si les prometen más, parece que han olvidado que nunca les cumplió.
Los guardianes de la ideogia serían mas útiles a la transformación formando sus comités de base o utilizando el alcance de sus redes sociales para ser instrumentos de formación política... Claro, a menos que fueran otros sus intereses.
Y que quede claro que no es en contra de la crítica; es en contra de la crítica visceral y oportunista.
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