Pedimos Lealtad al Proyecto de Transformación porque el pueblo nos eligió para eso, para llevar a cabo un proyecto de transformación, para acabar con la corrupción, para acabar con los abusos, para llevar a cabo un gobierno austero, sobrio, para hacer justicia: ser fiel al Pueblo.
Andrés Manuel López Obrador
Por Jorge G.
Octubre 7, 2025
Para los adversarios políticos y enemigos de la transformación, y muchos de los simpatizantes, no ha quedado claro que el proceso de regeneración es mucho más que un partido político, unos personajes incómodos incrustados en diferentes niveles de gobierno o la opinión de los que ostentan al menor pretexto, y sin el también, su pureza ideológica.
No es extraño, es difícil entender un proceso de transformación de mediana duración sin caer presa de los análisis coyunturales que siempre están atrapados entre la inmediatez y la superficialidad.
Este proceso que estamos viviendo no empezó en 2006, tiene raíces más profundas, pero es después del fraude que impuso a fecal cuando diferentes caminos se unen para iniciar el de la Cuarta Transformación.
Y desde aquellos tempranos tiempos del inicio de la cuarta transformación, la reacción trató de descalificar al liderazgo mediante la imposición de adjetivos que no por estúpidos eran menos denigrantes y vale recordar aquel de "mesías tropical".
Qué difícil en el séptimo año de la asunción de AMLO debe de ser para la oposición constatar que si no mesías, Andrés Manuel era, al menos, un profeta cuando anunció "quien viene detrás de mi es más izquierda, yo soy fresa". Claudia Sheinbaum ha sorprendido a propios y extraños, solo el que no quiere ver es incapaz de reconocer el gran liderazgo que la PresidentA ha logrado consolidar. Pero que nadie se confunda, ese liderazgo no es algo que surgió de manera espontánea, es producto de un callado como constante trabajo.
La vieja clase política, tan acostumbrada a la productiva (para el PRIAN) reinvención del país, es incapaz de comprender la contiuidad del proceso de transformación y, tal vez por ello, siguen viendo la huella de Andrés Manuel López Obrador en cada acto de gobierno.
No nos equivocamos los que afirmamos que la 4a Transformación, el humanismo mexicano, sería objeto de atención y ejemplo para América Latina y para el mundo.
Nosotros extrañamos a AMLO y disfrutamos su legado, ellos no han podido vivir su duelo y se aferran a la imaginaria presencia permanente de aquel que fundó una nueva era.
Mucho hay que analizar sobre el primer año del segundo gobierno de la transformación, pero es un buen principio entender que no es el origen, es el séptimo año después de amlo.
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