Por Jorgeg2012
Cuando Andrés Manuel introdujo en la discusión el concepto de “república amorosa” se originó una cauda de expresiones que descalificaban esta propuesta, ello no debe de sorprendernos las mismas reacciones generaría si habla del cambio climático.
Sin embargo para quienes comulgamos con las propuestas de Andrés la idea no es una novedad, sabemos que en la Reconstrucción de la República es fundamental el amor al prójimo pero sin tintes de carácter religioso; por amor hemos defendido a la nación.
Inevitablemente el camino a la republica amorosa pasa por la reconciliación como mecanismo necesario para la resolución de conflictos sin que ello implique el cambio de sentimientos que nos despierta el adversario.
En este contexto es comprensible la reconciliación con los medios masivos de información, el mismo Presidente reconoció la importancia de aparecer en pantalla, indudablemente 15 minutos en la tv tienen mayor impacto social que 24 horas en la carretera.
Cuando el Movimiento sea gobierno será necesario una reconciliación más amplia para poder llevar a cabo el Proyecto de Nación que nos hemos propuesto.
Pero la pregunta es: ¿cabe la reconciliación con quienes nos han traicionado?, con aquellos que nos traicionaron en la primera oportunidad y nos han aplicado calificativos que van desde “tontitos” o “loquitos” hasta miembros de una “jihad”.
Como reconciliarnos con quienes nos acusan de extremistas y nos abandonaron en la defensa de la industria petrolera y olvidaron que su compromiso de reconocer al usurpador.
Probablemente la no alianza con ese grupo de mercenarios de la política habría derivado en una ataque descarnado hacia el movimiento y hacia nuestro líder pero en lo personal considero preferible permanecer en un movimiento digno que se respeta que en una incomprensible alianza que sólo busque posicionarse; en todo caso del fuego amigo nadie nos salva.
No se tal pragmatismo deriva de la necesidad de neutralizar los ataques de la “izquierda moderna” o si por el contrario sea simplemente la manera de contar con mayores recursos para la campaña, en todo caso yo hubiera preferido una candidatura que se apoyara sólo en las fuerzas progresistas.
El movimiento ha resistido muchos ataques desde hace mucho tiempo y a pesar de ello ha crecido, no permitamos la entrada de un cuerpo extraño a un organismo sano; no debemos dejar que la infección de las lacras acabe con la esperanza.
No soy estadista ni un hombre bueno, los traidores de mi no tendrán ni perdón ni olvido.
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