Por Hasardevi
Agosto 23, 2018
Transformar hasta el peor de los males en el bien supremo, es
"convertir el veneno en medicina"Daisaku Ikeda
Para resolver los conflictos hay que ir más allá de la violencia y la venganza, debe haber empatía y creatividad. Hay que trascender y transformar. Johan Galtung
Los medios por desgracia, han hecho de la mentira y la
distorsión una forma de vida. Anteponen “la nota” a la información fidedigna;
la estridencia a la genuina búsqueda de la verdad o al menos, de un honesto
intento de acercamiento a ésta mediante un honesto enfoque en sus preguntas. Ya no importa el ejercicio de la información
para mantener alerta a los lectores de los diarios o escuchas en la radio o
televidentes en videos y TV. Todos hacen las mismas preguntas, todos “destacan”
lo mismo y a nadie importa si esto contribuye, o no, a construir confianza, seguridad... la paz. Pareciera que lo que se busca es la confrontación, la
duda, el escándalo.
Johan Galtung acuñó el concepto de “periodismo de paz” con
objeto de trazar una línea entre lo que ocurre a diario en el mundo: guerra y
conflictos en diferentes países, guerra “contra” las drogas, guerra “contra” el
crimen… guerra de información; y lo que podría ocurrir si los periodistas, los
que analizan y comentan las “noticias” aportaran un poco cada vez a lo que se
conoce como una “cultura de paz”. La mentira es violenta.
Violenta a quien es víctima de ella y a quienes se dice, violenta la confianza, la dignidad.
Pionero de los estudios sobre la paz, el matemático y sociólogo Galtung
ha mediado en severos conflictos de diversa índole en 150 países, es coautor de 150 libros y 90 como autor. Él también habla de la
importancia vital que tiene la educación en la reconciliación y enfatiza, asimismo, el
papel que los “medios” juegan en toda sociedad.
Con el nuevo gobierno, el cual implica un cambio de régimen, aun sin la formal investidura constitucional, se trabaja ya en foros para hablar y escuchar, sobre todo "escuchar". Muy criticada ha sido la posición del presidente electo por su llamado insistente al "perdón", a la "reconciliación nacional". Nuevamente, son las opiniones mediatizadas las que han empujado a la población en contra de este cambio de régimen rechazando, trivializando y haciendo escarnio de todo lo que se propone en su intento de pacificación del país.
Se llegó incluso a extremos perversos al parodiar, en anuncios televisivos durante la campaña electoral, lo que significan perdón, amnistía, y reconciliación. Con burdas alusiones a lo expresado por AMLO, se distorsionó el sentido de estas palabras y su profundidad, mostrándolo como prueba del deseo de burlar a la justicia, a las víctimas y a la sociedad en general para que, decían y siguen diciendo, "impere la impunidad".
Nada más alejado de la verdad y por cierto, qué gran mezquindad mostraron quienes avalaron dicha campaña de desinformación, violenta en sí misma.
Ofrezco aquí una breve explicación de lo que se trata esta iniciativa para pacificar a nuestra nación. Para poder llegar al “perdón” en lo que se
llama la “justicia transicional” y para hacer posible la reconciliación, es necesario comenzar por
crear una comisión de investigación del pasado, o "comisión de la verdad”.
En Sud África, cuando se terminó con el Apartheid, se llevaron a cabo esas medidas: comisiones de la verdad que investigaron los hechos y reuniones testimoniales, las cuales tenían por objetivo superar los agravios pasados. Mandela
tuvo que enfrentar la ira de quienes se oponían al perdón y la amnistía, pero siguió
adelante con la “Comisión de la Verdad y Reconciliación” que investigó las
violaciones a los derechos humanos durante el Apartheid, creó un comité de compensación
a víctimas y otro de amnistías que aplicaban para quienes brindaron su
testimonio. Los testimonios son vitales para encontrar la verdad. En México, para
conocer el paradero de los desaparecidos y los asesinados, los testimonios serán
indispensables y es de suponer que los testimonios más fidedignos serán de
aquellos que tuvieron algo qué ver y/o, en su momento, se vieron imposibilitados para rendir testimonio por miedo y muy probablemente su participación activa o pasiva se
debió a la amenaza que sobre ellos pesaba.
Cuando se piensa en la justicia, se piensa en la
retribución, en el castigo a todos los culpables. Pero existe una justicia de
otra índole: la “restaurativa”, a la que aludía Desmond Tutu, quien fuera
presidente de la comisión de la verdad, “significa restaurar las relaciones
rotas, con la sanación, armonía y reconciliación”. Se escuchó a víctimas y a
victimarios, porque los testimonios de unos y otros eran imprescindibles para
reconstruir los hechos, para transitar hacia la democracia y la reconstrucción
del país. Cuando realmente se quiere llegar a la reconciliación, el perdón, en todo proceso de esta naturaleza, es indispensable. Pero para que haya perdón, se requiere la
confesión.
Por otra parte, el Dr. Johan Galtung, en una visita que
hizo a México hace algunos años, dijo que para que México pudiera alcanzar la
paz, había que combatir las causas primordiales de la violencia y una de éstas,
dijo, es la enorme pobreza y desigualdad que existe en este grandioso país. “Educación”,
fue otra de las cosas que mencionó el padre de “la cultura de paz”. Nosotros
conocemos de sobra otra de las causas de raíz: la profunda corrupción que ha
aquejado a los gobiernos mexicanos. López Obrador lo ha repetido: atacar las
causas de la violencia y la inseguridad es combatir la corrupción y la pobreza
y eso es lo que se propone hacer en su gobierno, además de llevar a cabo las acciones ya mencionadas para la pacificación y justicia transicional.
Es importante hacer notar que, como ya lo ha declarado la próxima secretaria de gobernación, Dra. Olga Sánchez Cordero, la amnistía, por
ley, no puede ser otorgada cuando se trata de delitos de trascendencia
internacional como el genocidio, los crímenes de lesa humanidad, la tortura o
la desaparición forzada. Aun con la amnistía, prevalecen los derechos a la
verdad, la justicia y la reparación para víctimas y familiares. Existe una
clara delimitación en la procedencia de la amnistía, tanto por el derecho
internacional como por los tratados internacionales. Bajo tal circunstancia, no puede haber impunidad, además de que así,sería imposible la reconciliación y la reparación del tejido
social.
Estamos saliendo de un régimen de opresión, la cantidad de
muertes y desapariciones, los presos políticos, las represiones, la desigualdad
rampante y la corrupción política y gubernamental, lo atestiguan. En un régimen
así, sería imposible pensar en una reconciliación social, en un perdón
individual, ni en futuro alguno porque el pasado y el presente están heridos por la duda. Pero en
un régimen incluyente, democrático, de participación activa de la ciudadanía,
en donde las opiniones de todos son tomadas en cuenta; en un régimen en donde
las máximas autoridades se hacen responsables y no existe la impunidad, los
ciudadanos pueden transitar hacia la reconciliación y el perdón.
Es vital, empero, para esta transición, para la pacificación y la reconciliación, el papel de los medios. Medios
masivos poderosos y sus famosos voceros en este país han sido pillados varias veces mintiendo y
distorsionando la información. La mayoría de los periodistas, comentaristas y
analistas han ido perdiendo credibilidad. Haría falta un curso de periodismo de
paz para medios y periodistas por parte del Dr. Galtung. En esta hora decisiva
para la nación mexicana ¿Actuarán los medios y sus conocidas voces con responsabilidad ayudando al proceso de
restauración del tejido social? ¿O insistirán en un periodismo de guerra y de
confrontación social?
4 comentarios:
Interesantísimo artículo que debe llamar a todos a la reflexión
He reflexionado sobre este problema en particular y creo que precisamente ahí está el meollo del asunto,"hay que ganar rating y hay que vender muchos periódicos", lo que alienta y favorece el rencor y el odio, que a pulso se ganaron las autoridades anteriores en nuestro país. Problemas muy delicados que tendrá que enfrentar nuestro próximo gobierno, a quien le deseo mucha paciencia y sabiduría para llevar al cabo esta ardua tarea.
Gracias por comentar.
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