nos llueve sobre mojado. Parafraseándolo podríamos decir que a los mexicanos
nos tiembla sobre infectado.
Ante la realidad, la cual parece más bien una pesadilla aterradora que no cesa, los mexicanos nos encontramos temblando de miedo. La situación, desde el punto de vista epidemiológico, se ha calificado de extremadamente grave. Estamos mareados por cifras que en ocasiones son confusas o contradictorias y más que tranquilizarnos incrementan nuestra angustia. Pero poco se habla de la situación de los avasalladores aspectos emocionales y los estragos que esto está causando en la población. Los llamados estresores picosociales
están desbordando a la ciudadanía.
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