Hubo un cambio de vocabulario en el FSM 2009. La declaración de la Asamblea de los movimientos sociales del Foro Social Mundial instó a tomar “medidas anticapitalistas”. En anteriores ediciones se hablaba más bien de un “antiliberalismo”, a medida que la tempestad financiera arrecia, se hace sentir incluso ahí. “Estamos frente a una crisis global provocada por el capitalismo que no tiene salida en el interior del sistema”, es el análisis del texto que llama a terminar “con el sistema capitalista y la dominación patriarcal” para construir “una sociedad basada en la satisfacción de las necesidades sociales y el respeto a los derechos de la naturaleza”. El texto evoca igualmente “el proyecto feminista, ecologista y socialista del siglo XXI”.
Para los organizadores este foro se consideró como un éxito. 133,000 personas de 142 países se encontraron en las dos universidades de Belém, en la Amazonia brasileña para debatir y tratar de impulsar luchas comunes. Apremiados a proponer medidas frente a la crisis, los altermundialistas reclamaron “una serie de medidas de urgencia”, que van de “la nacionalización sin indemnización del sector bancario y que esté bajo el control social” a “la garantía del derecho a la tierra, al territorio, al trabajo, a la educación y a la salud para todas las personas”, pasando por el clamor de “hacer un alto a las guerras”.
Junto con la movilización, los altermundialistas propusieron una « semana de acción global contra el capitalismo y la guerra”. Esta comenzará el 28 de marzo en Londres contra la cumbre del G20 y culminará el 4 de abril en Strasburgo y Kiel contra el 60 aniversario de la OTAN.
Símbolo de un foro en tiempo de crisis, cinco jefes - de Estado sudamericanos, lula da Silva (Brasil), Rafael Correa (Ecuador), Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia) y Fernando Lugo (Paraguay), han boicoteado ostensiblemente el Foro de Davos al visitar Belém. Por otra parte, la antigua candidata socialista a la presidencia quien hizo campaña frente el centrista François Bayrou, Ségolène Royal, estuvo ahí para demostrar que "no hay una barrera Infranqueable entre (...) la izquierda del gobierno, los movimientos sociales (...) y lo que en Francia se llama la extrema izquierda”. No es seguro, sin embargo, que se une a las propuestas del Foro ni a las políticas de los gobiernos más progresistas de América Latina.
Vale la pena preguntarse si la presencia del presidente López Obrador, quien fuera también candidato a la presidencia, en este caso de México y quien según el IFE y el TRIFE “perdió” además, por un 0.5%, la elección según las cifras tramposas que se hicieron oficiales, no hubiera sido sumamente importante en dicho foro. Yo aventuraría que el presidente Andrés Manuel, celoso como es del deber que le compete frente al Pueblo de México, posiblemente no haya querido suspender su gira por la República Mexicana en su defensa del patrimonio y la economía. Quizá su presencia en el foro debió ser considerada por algún miembro de su gabinete, el encargado de la política exterior, para si no él personalmente, un representante acreditado diera presencia internacional al movimiento ciudadano que apoya la presidencia legítima.
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