El G20 deja fuera a la mayoría de los países obligados a pagar la factura de la crisis.
l'Humanité 4 abril 2009
Los ausentes son más numerosos que los presentes. Mientras se abre la cumbre de los jefes de Estado y de gobierno de las 20 principales economías mundiales, a excepción de un puñado de representantes simbólicos, la inmensa mayoría de las naciones no están invitadas a Londres. « Los países en desarrollo y emergentes (…) no han contribuido a crear esta crisis, y sin embargo sus pueblos la están pagando como el resto del mundo », dijo hace unos días en la BBC la coordinadora de la ONG Ayuda en Acción, Claire Melamed. Según el Banco Mundial, 44 millones de personas están amenazadas de malnutrición. La Organización Mundial del Trabajo estima que « más de 200 millones de trabajadores podrían caer en la miseria absoluta, principalmente en los países en desarrollo y emergentes, en los que el sistema de protección social no existe », indica la declaración sindical internacional de Londres. El número de trabajadores pobres –que ganan menos de dos dólares (…) podría elevarse a 1.400 millones », prosigue el documento.
Mientras se rechaza a los Estados en los cuadros de honor, se condena a sus poblaciones a pagar la cuenta. Y se desprecia el principio « un país, un voto » con el pretexto de que las economías de 172 Estados estarían obsoletas. Una situación de hecho que tiene la virtud de enfurecer a Nicolas Sersiron, vicepresidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo en Francia : « Si se toman las cifras de análisis tipo del PNB, África no tiene influencia económica, dice, pero si nos paramos a observar lo que produce el continente en materia de minerales, metales o uranio, es decir, recursos imprescindibles para la viabilidad de las tecnologías del norte, sin esos recursos no existiría el desarrollo de los países ricos ». E insiste en la responsabilidad de las potencias económicas en el sometimiento del sur. « En la República Democrática del Congo (RDC), los países desarrollados imponen contratos leoninos que les permiten explotar los recursos naturales por cuatro duros. El gobierno de la RDC no aprovecha más que el 5% de las exportaciones de sus minerales que, por otra parte, se venden a los paraísos fiscales por debajo de su precio y después se revenden mucho más caros ».
Realmente, los « 20 » se van a limitar a dar un toque a algunos paraísos fiscales. En cambio, ni una palabra con respecto a la deuda de los países del sur que, sin embargo, es el corsé que hipoteca el desarrollo de esas naciones. La anulación de la deuda también sería un balón de oxígeno y un colchón para amortiguar los efectos del terremoto de la crisis, especialmente en la región subsahariana de África. En cuanto al papel del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, « desde siempre, esas instituciones están dominadas por Estados Unidos, que tiene derecho de veto », explica Nicolas Sersiron. Son las herramientas de dominación de los países ricos para su provecho ». Pero no se contempla ninguna reforma de esos instrumentos de chantaje económico. En cuanto a los objetivos del milenio inventariados por las Naciones Unidas para erradicar « las tragedias » humanas y sociales que sufren tres cuartas partes del planeta, es muy probable que acaben en la cuneta.
Frente a este sistema unilateral, « América del Sur traza un camino original », avanza Nicolas Sersiron. « La Alternativa Bolivariana para las Américas, que también va a crear un banco, es una transformación del paradigma ultraliberal, ya que sustituye la competitividad por la cooperación », analiza el vicepresidente del CADTM. El sur vela por el sur.
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