Micheletti levanta el toque de queda en Honduras

La tensión continúa en las calles, donde este viernes han sido detenidas otras 40 personas, mientras Zelaya pronostica un recrudecimiento de la violencia

AGENCIAS / ELPAÍS.com - Tegucigalpa / Madrid - 01/08/2009

El Gobierno de facto de Honduras ha levantado este viernes el toque de queda de varias horas que, a excepción del periodo comprendido entre el 12 y el 16 de julio, mantenía desde el golpe de Estado que le llevó al poder el pasado 28 de junio . Pero el levantamiento de la medida no comprende a todo el territorio, tal y como ha explicado el Ejecutivo en un comunicado. "Se ha resuelto establecer el toque de queda en todo el borde del departamento de El Paraíso" y en otros cinco puntos de la frontera con Nicaragua; "para el resto del territorio nacional queda suspendido el toque de queda".

En paralelo, el depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, ha pronosticado este viernes desde Managua una "violencia generalizada" en su país si no se revierte el golpe de Estado que le sacó del poder. "El golpe debe revertirse sin condiciones o, en caso contrario, vendrá una violencia generalizada", aseguró Zelaya en una entrevista con el canal 4 de la televisión local, afín al Gobierno del presidente nicaragüense, Daniel Ortega.

Sus declaraciones se producen tras los altercados producidos el pasado jueves en las calles de Tegucigalpa, donde 26 personas fueron heridas y 88, detenidas , y tras la detención este viernes de otras cuarenta personas por parte de la policía y el Ejército, que dispersaron a unos 200 seguidores de Zelaya que bloqueaban una carretera al oeste del país.

Durante su discurso, Zelaya alertó además a los golpistas de que "deben pagar las consecuencias o vendrá una pandemia de golpes de Estado en América Latina", y volvió a mandar un nuevo mensaje a la Administración Obama al asegurar que Estados Unidos es el que tiene influencia "para cambiar las cosas" en su país. Un día antes, el ex mandatario hondureño se había reunido en Managua con el embajador estadounidense en Tegucigalpa, algo calificado por Roberto Micheletti de "intromisión".