By Cyprien Boganda
¿Crisis ? ¿Qué crisis ? En los medios, los periodistas y economistas liberales levantan cabeza. Aseguran que si parecía que el capitalismo estaba al borde de la implosión, sólo era un simple espejismo.
En marzo de 2.009, Jacques Marseille, historiador mediático y heraldo de liberalismo, soltaba con desgana esta frase de gran lucidez “la crisis financiera en sentido estricto puede ser considerada como la más grave registrada desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.” Tres meses después, parecería, escuchándole, que el cataclismo está ya detrás de nosotros. Como testimonio, este razonamiento de peso, mantenido durante una conferencia a principios de junio en el Carrusel del Louvre. “Yo casi apostaría que hemos salido de la crisis.” Argumento numero 1 : la crisis actual es de una “trivialidad total”. Argumento numero 2 : todas las crisis del capitalismo duran, de media, de 16 a 18 meses. “Ahora bien, la crisis arranca de finales de 2.007, lo que nos lleva, dieciséis meses más tarde, a hoy mismo.” “¡Sonreíd, buena gente, la luz está al final del túnel !” Casi nos olvidamos de los 58.500 parados suplementarios de abril y de las previsiones de crecimiento negativo (-2,5%) para 2.009.
Jacques Marseille no es el único. Numerosos economistas y periodistas liberales parecían retractarse y redescubrir las virtudes olvidadas de la regulación hace unos meses. Tal es el caso de Favilla, seudónimo de un famoso editorialista de “Les Echos” que casi estuvo a punto de entonar un canto criptorevolucionario. “la apisonadora ideológica liberal que ha barrido todo a su paso, estallaba en octubre de 2.008. La autorregulación del mercado es un mito.” Habría bastado una cumbre internacional para devolver los colores al editorialista angustiado e invertir la carrera loca de la “apisonadora ideológica.” En abril, al día siguiente del G20, Favilla ve asomar, claramente, un “gran alivio, el de haber escapado a lo peor”. “Si la cumbre de Londres sólo hubiera desembocado en el habitual catálogo de buenas y vagas intenciones, analiza, el mundo se habría hundido seguramente en la profundidad de la crisis.” Estamos pues salvados, in extremis, gracias al G20.
No hemos olvidado que “le Point” ha estado a punto, también, de caer en el campo resguardado del socialismo revolucionario. En uno de sus editoriales apasionados, de los que él tiene el secreto, Frank Olivier Giesbert iba a la guerra, en diciembre de 2.008, contra los “insaciables del neoliberalismo” encarnados en este “odioso Madoff”. Después de haber fustigado la “avaricia” de nuestros “brillantes financieros”, Giesbert despiadado, levantaba, partida de defunción de las finanzas inconscientes : “Su derrumbe puede señalar la muerte definitiva de un mundo de castillo de naipes”. Tras este huracán, el número del 14 de mayo de 2.009 sólo reserva sorpresas. En el dossier titulado : “Los Diplomas para tener éxito”, el lector asombrado descubre que el diario anima a los jóvenes a orientarse hacia la profesión de… ¡agente de bolsa ! El articulo antepone especialmente el “negocio de las materias primas”, no sin recordar con todas la seriedad del mundo que los agentes y corredores de bolsa “quizá conozcan un periodo difícil”
Los periódicos comienzan también a recuperar la moda de los economistas ultraliberales que era de buen tono esconder estos últimos meses. “Le Monde” del 9 de junio da la palabra a Pascal Salin, profesor de la Universidad de Dauphine y guardián autoproclamado de la memoria del economista liberal Fiedrich Hayek, así como del desconocido Florín Aftalion, del ESSEC. Las citas valen este rodeo, “la gravedad de la situación en Francia, es que estamos en un sistema donde existen millones de reglamentaciones, asesta Pascal Salin, si se pudieran poner una tras otra, nos daríamos cuenta de que vivimos en un mundo casi totalitario. Es casi peor que un sistema comunista donde, al menos cuando se derriba el centro, todo se desploma.”
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