Por Hasardevi
José Steinsleger dice que el voto blanco no existe, porque vale lo mismo que una con errores, tachaduras o insultos y se anula. En el acta hay sitio eso sí, para candidatos no registrados: es un sistema partidocrático en que no se concibe la democracia sin partidos políticos.
El derecho a votar no es concesión de partidos políticos ni de tecnócratas (ife-trife) que regulan la participación ciudadana dice Steinsleger; y añado yo que tampoco lo es de gobierno o Estado, es un derecho “natural” diría la teoría jurídica, derecho humano de acuerdo a la carta que consagra los mismos. La constitución política lo consagra también cuando deposita la soberanía en el pueblo y desde luego va más allá de la simple emisión del voto. El hace me parece, la pregunta clave: ¿Votar equivale a convalidación y reformismo (de un sistema podrido añado yo), o es un derecho y una conquista social?
Remata diciendo que ni siquiera se puede debatir la abstención: el llamado a eso es “inconsciencia política, irresponsabilidad cívica y alineación (querida o no, dice él) con los sectores elitistas y reaccionarios de la sociedad.
Y es grave ver a personas con grandes carencias, o simplemente en un estado de economía nada boyante que muy indignados dicen: no voto porque no creo en nadie. Y a este respecto: ¿se han tomado siquiera la molestia de leer de investigar o simplemente se conforman con lo que los medios manipuladores les dicen?
Lorenzo Meyer, por su parte dice que en materia de liderazgo que las instituciones requieren, México está pésimo, mientras en Brasil, China, India, por ejemplo, sí cuentan con dicho liderazgo.
Y esa es la verdadera crisis para México, no hay reconversión al nivel que se requiere en este país sin liderazgo, pero el liderazgo requiere legitimidad y ésta sólo se consigue por la vía de elecciones creíbles, ahora no lo son ni despiertan entusiasmo porque hay una crisis de representatividad.
“Los partidos no representan al grueso de la sociedad mexicana, no han logrado cumplir con su papel, a pesar de que han absorbido una cantidad fantástica de recursos públicos. Es mucho dinero para tan pobre resultado. No nos dan el liderazgo que México necesita.
Y dice Meyer que un país distinto al nuestro se movería en estos momentos muy rápido, porque es cosa de supervivencia. Pero el liderazgo parece pasmado. Es más, no sabe ni qué hacer con el crimen organizado, menos con la organización del gran futuro de México.
Y sí, ¿qué declara hoy 18 de junio de 2009 el general Cruz López? Jefe de las Fuerzas Federales de Apoyo (FFA), que en la Policía Federal “se hace lo que se puede” para combatir al narcotráfico. Y como contesta la rayuela de La Jornada, sí, mientras dos tercios de la población “hacen lo que pueden para sobrevivir”. ¿Es esta la respuesta que la gente espera de las “instituciones”?
En el mismo contexto pero desde otra perspectiva, Adolfo Sáchez Rebolledo dice que hay que esperar a que pasen las elecciones del 6 de julio y aboga por el voto nulo como derecho... bueno yo aquí digo: el que anula el voto se anula, el que vota en blanco se va en blanco...
Octavio Rodríguez Araujo recuerda que los partidos políticos son lo que son porque los dirigentes no tienen contrapeso suficiente como lo hace ver Robert Michels en su libro de principios del siglo XX “los partidos políticos” en donde afirma que hay un fuerte contenido oligárquico en éstos. Rodríguez Araujo afirma que lo único que ha cambiado el curso de la historia ha sido la movilización de las masas. Dice también que es “el orden jurídico y de la cultura política dominante e inercial” los culpables del estado de cosas y no el sistema de partidos.
Otro punto a resaltar en el artículo de Rodríguez Araujo es la importancia que reviste seguir pugnando por instaurar derechos tales como la revocación de mandato, el referendo o el plebiscito: ... “Si este derecho existiera y fuera posible ejercerlo con relativa facilidad, los grupos oligárquicos, en los partidos o en las instituciones del Estado, se cuidarían de darle la espalda al pueblo. Si, además, el pueblo se organizara para precisar demandas colectivas de bien común y constituyera una red suficiente para convertirse en movimiento en determinados momentos, mejor aún”. Este tipo de organización se está llevando a cabo ya por los ciudadanos, la RCP es una muestra de ello, así como la credencialización y las casas de apoyo al gobierno legítimo.
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