Translated mardi 15 décembre 2009, par
Decenas de miles de personas se manifestaron el sábado 12 de diciembre, en Madrid, para protestar contra el proyecto de reforma laboral propuesta por el gobierno Zapatero
« ¡Que no se aprovechen de la crisis ! » Con este lema dirigido especialmente a la patronal cerca de 200.000 manifestantes (según los sindicatos) desfilaron el sábado 12 de diciembre por las calles de Madrid respondiendo a la convocatoria de los principales sindicatos del país, UGT (Unión General de Trabajadores) y CC.OO (Confederación Sindical de Comisiones Obreras). En el punto de mira de los manifestantes, un proyecto de relanzamiento de la economía española elaborado minuciosamente por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre la base del cuestionamiento de las conquistas sociales. Frente a la subida del paro, que roza actualmente el 18%, el gobierno se propone seguir el modelo de desregulación puesto en práctica en Alemania. Se trataría de flexibilizar la legislación laboral para permitir a las empresas utilizar más el paro parcial, los poderes públicos se comprometen a cambio a garantizar a los empleados un 65% de su salario.
“la gente primero”
Para los sindicatos, semejante propuesta, que fragilizaría más todavía a los trabajadores ya muy afectados por la crisis, es inaceptable. “Estamos en situación de emergencia, con 4 millones de parados. La prioridad, es luchar contra el desempleo. ¡las personas primero ! Declaró Cándido Méndez, dirigente de la UGT. La creación de empleo es una prioridad pero, para los sindicatos, la liberalización de la legislación laboral no es la “madre de las soluciones”. Fustigando a las empresas que cotizan en Bolsa que se han repartido 18 millones de euros de beneficios y continúan despidiendo, los sindicatos llaman a seguir otro modelo económico para salir de la crisis. En el cortejo, donde se encontraban también personalidades del mundo de la cultura, numerosos militantes reclamaban la huelga general. Las centrales sindicales no están por la misma. En un primer momento, su objetivo era hacer de la manifestación del sábado una demostración de fuerza, con el fin de asegurar que habrá “un antes y un después en materia de negociación colectiva”. Tanto UGT como CC.OO acusan a la patronal de rechazar toda negociación para utilizar la crisis como excusa para la desregulación masiva.
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