l'Humanité 17 agosto 09
Escuadrones de la muerte, listas negras de sindicalistas para ser asesinados, la sombra de la CIA y de la derecha sudamericana : Dos sindicalistas de la CGT han visto una Honduras militarizada. A la vuelta de Tegucigalpa dan su testimonio
Testimonio de André Fadda y Alain Lemasson (1), a la vuelta de Tegucigalpa donde se han entrevistado con sindicalistas
A finales de junio nuestra delegación, mandatada por la CGT, llegó a Honduras por vía terrestre desde Nicaragua. En seguida, pudimos ver una Honduras militarizada, vigilada al extremo por los golpistas. Después de haber salvado los controles militares y el toque de queda, entramos en contacto con los dirigentes de la Confederación Unitaria de Trabajadores Hondureños (CUTH). Su secretario general, Israel Salinas, nos aseguró que el movimiento sindical y popular permanecía muy movilizado y nosotros lo constatamos constatado al participar en una de las numerosas manifestaciones en la capital donde tomamos la palabra delante de 5000 personas para dar testimonio del apoyo de la CGT.
La represión es feroz y 120 nombres de dirigentes y militantes sindicales figuran en una lista negra para ser asesinados, lista difundida por los escuadrones de la muerte, “dormidos” desde los años 1970-1980. Estos grupos paramilitares han sido reactivados para cometer su siniestro trabajo y multiplicar los secuestros y asesinatos de militantes. Se cuentan ya más de una centena de desaparecidos y 15 asesinatos desde el inicio del golpe. La víspera del 1º de mayo de 2008, asesinaban al secretario general de otra organización sindical la CTH. Los militantes cambian regularmente de domicilio y un cierto número de ellos han entrado en la clandestinidad. La CUTH dispone de informaciones, seguras y comprobadas, sobre la participación, en esta estrategia de terror, de consejeros y asesores colombianos del presidente Uribe así como venezolanos, cubanos anticastristas e incluso de ex-militares argentinos que habían entrenado a la contra nicaragüense en los años 1980. La presencia de Honduras desde hace meses de Pedro Carmona, instigador de la tentativa del golpe de Estado contra Chávez en 2002, dice mucho sobre la internacionalización del golpe. Según la CUTH, 150 paramilitares de extrema derecha se entrenan, en una hacienda próxima a la capital, para acentuar la represión contra el movimiento popular y sindical.
Detrás del golpe de Estado, estima la CUTH, planea la sombra de la CIA, de sectores de la administración norteamericana y de las multinacionales, que buscan matar dos pájaros de un tiro : combatir al ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas) en el eslabón más débil que es Honduras, desestabilizar a Obama e impedir de esta manera todo cambio en las relaciones internacionales con estos países. La colaboración de la patronal en el golpe de Estado es patente, ésta ha ido hasta proponer al gobierno golpista un aumento del 10% de los impuestos a las empresas con la finalidad de romper el aislamiento en el que les ha sometido la comunidad internacional. Las amenazas y el chantaje de despido son también medios ejercidos contra los asalariados, especialmente del sector público y de las maquilas, para aumentar las filas de las manifestaciones pro-golpistas.
Sin embargo el golpe de Estado ha reforzado la unidad de las organizaciones populares y sindicalistas, iniciada desde la llegada de Manuel Zelaya a la presidencia en 2006 y el impulso de un proceso de debates y de participación permanente con las organizaciones, hecho totalmente nuevo en un país donde el poder estaba desde siempre sujeto al ejercito, a la iglesia y a la oligarquía. Este movimiento goza de una importante solidaridad internacional. Una delegación de la Confederación Sindical Internacional (CSI), compuesta esencialmente por su organización regional, la CSA, ha visitado Honduras. La Confederación Europea de Sindicatos (CES), que había llamado inmediatamente a la retirada de embajadores, ha exigido por su parte la suspensión de todo acuerdo y de relaciones comerciales con el régimen golpista, especialmente en lo que afecta al sistema de preferencias generalizadas entre la UE y los países de América Latina que permiten a Honduras beneficiarse de reducciones en las tarifas aduaneras.
(1) André Fadda es secretario general de la Unión Sindical Interprofesional CGT de Astilleros de Saint-Nazaire y Alain Lemasson es delegado CGT de SCHUBB.
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