RUMBO AL 2012, SUMAR Y ORGANIZAR PARA GANAR.

Por Tlacaelel.

El Gobierno Legítimo encabezado por Andrés Manuel López Obrador es en la actualidad el único movimiento político vigente para la transformación del país, ya que tiene un líder honesto, inteligente y trabajador, una estructura política bien definida y tareas concretas para sus simpatizantes, al menos para llegar como la fuerza competitiva de izquierda para el año 2012.

Dentro de la izquierda real existen otras fuerzas políticas que en el pasado tuvieron una labor loable, y que al paso del tiempo existen aun, pero desarticuladas. Esas fuerzas, que tienen mucho que aportar al movimiento de AMLO, se deben adherir honestamente a nuestro movimiento y participar activamente en la estructura y en las acciones actuales del mismo. O sea deben incrustarse dentro de los comités municipales y territoriales y participar en las labores de acreditación y reforzamiento de los comités.

La estructura Gobierno Legítimo-Comités Municipales-Comités Territoriales está bien planificada y aunque a algunos analistas no les satisfacen las estructuras socio-político verticales por los defectos que éstas tienen, hasta ahora y a nivel mundial no contamos con otro tipo de experiencias, al menos en países medianamente democráticos como el nuestro.

El comité territorial es la célula de este movimiento y como tal es el que le da vida, por eso en él se deben de llevar a cabo las actividades de Capacitación política, de Difusión y de Organización, debido a esto, no es necesario crear otras instancias de capacitación, organización o difusión paralelas, lo que se tiene que hacer es reforzar y activar los comités territoriales dotándolos hasta donde se pueda, con los recursos tanto humanos como materiales, para que cumplan con la labor que le ha sido encomendada.

Obviamente, un movimiento ciudadano como el nuestro tiene varias limitaciones y carencias, tanto económicas como de otro tipo, pero contamos con el recurso humano y la imaginación e ingenio del mexicano que está dispuesto a colaborar, aun en las condiciones más adversas, como nos lo ha demostrado ampliamente a lo largo y ancho de la historia.