San Salvador. Estos jóvenes salvadoreños tienen razones para mostrarse exultantes. El domingo 15 de marzo, su candidato, Mauricio Funes, del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), la ex - guerrilla de izquierda, ganó las elecciones presidenciales, con el 51,2 % de los votos, frente a Rodrigo Ávila, el candidato de Alianza Republicana Nacional (ARENA, derecha conservadora), que obtuvo el 48,7 % de los sufragios. Es un acontecimiento histórico en este pequeño país de América Central de 6 millones de habitantes, que la derecha dirigía desde el fin de la guerra civil (1980-1992) que provocó más de 75 000 muertos.
“Hoy, es la victoria de los ciudadanos que han creído en la esperanza y han vencido el miedo. Es una victoria de todo el pueblo de El Salvador”, declaró Mauricio Funes, añadiendo que quería “ser el verdadero presidente de la verdadera reconstrucción del país, que comienza por la reconstrucción de las personas”. Con el lema “el cambio en El Salvador para vivir mejor”, los ejes de la campaña de Mauricio Funes fueron las dificultades socio-económicas de los salvadoreños, de los cuales más del 40 % viven en la pobreza, causada por los efectos de las políticas neoliberales llevadas a cabo por la derecha. Esta victoria del FMLN en las elecciones legislativas de enero, suscita muchas expectativas. El nuevo presidente que tomará posesión de su cargo el 1º de junio, deberá decidir las alianzas necesarias para gobernar : aunque primera fuerza política del país, el FMLN, no dispone de la mayoría absoluta en el parlamento. Entre las reacciones ante esta victoria, está la del presidente venezolano, Hugo Chávez, que saluda una elección que “consolida la ola histórica de fondo que se ha levantado en toda América Latina y el Caribe durante la primera década del siglo XXI”.
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