Ángel Guerra Cabrera, La Jornada 5 de marzo, 2009
Los movimientos guadalupano y martiniqués pueden servir de valiosa
experiencia en muchos sentidos a la nueva generación de levantamientos sociales
detonados por el monumental trastorno económico iniciado en Estados
Unidos.
Varios autores respetables concuerdan en que no se trata de otra recesión cíclica y pasajera de la economía capitalista. Es un fenómeno mucho más complejo, de larga e imprevisible duración, una auténtica quiebra civilizatoria impulsada por las crisis financiera, económica, alimentaria, energética, militar, medioambiental, institucional y de valores, que interactúan y se retroalimentan entre sí, multiplicándose, extendiéndose y complicándose sucesivamente.
La huelga general y manifestaciones callejeras estremecen a Guadalupe y Martinica, departamentos franceses de ultramar, eufemismo que designa a las que han sido dependencias de la metrópoli desde la conquista. Iniciada en Guadalupe (500 mil habitantes) el 20 de enero y en Martinica (400 mil habitantes) el 5 de febrero, los movimientos se organizan en torno a una amplia conjunción de sindicatos y asociaciones ciudadanas en protesta contra la crisis social, agravada por las políticas neoliberales de París. El costo de la vida en las islas es mucho más alto que en Francia y el desempleo altísimo, sobre todo entre los jóvenes. Las protestas exigen un aumento del salario mínimo, la rebaja de los precios de la canasta básica y de los servicios, derecho al trabajo, a la educación y la salud, pero tras semanas de dilatadas negociaciones con las autoridades y de renuencia de los patronos a ceder, han tomado ya un cariz político.
1 comentarios:
Es un honor estar con Obrador, ya que tiene la sensibilidad de escuchar ese México tan olvidado por los poderosos.
Un abrazo Hasardevi, ojalá que se te haya arreglado internet, para escucharte y conversar contigo en el chat.
Muchos abrazos
Pravda
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