3/24/2009 12:20:00 p. m.
Estados Unidos : Afganistán ¿Por qué EE.UU. no puede ganar esta guerra ?
l'Humanité 23 marzo 2009
New York Times. Cada vez más voces se alarman viendo a los EE.UU. comprometidos en una guerra sin salida. Esta vez, es un veterano de la CIA que relata su experiencia en Laos quien da una razón más de un fracaso previsible.
Arthur Keller participó en las acciones secretas llevadas a cabo en Laos, en los años 60, para movilizar a las tribus de montañeses hmongs contra los laosianos y los vietnamitas en guerra por su independencia. Bill Lair, otro oficial de la CIA, dirigía la operación y formaba en Tailandia los comandos de élite que iban a encargarse de “construir una resistencia anticomunista (…). La corrupción era generalizada, el cultivo de la adormidera estaba extendido y los hmongs poco instruidos, muy cerca de la Edad de Piedra”.
Los éxitos iniciales de Lair provenían de los mercenarios thais que “hablaban la lengua y comprendían la cultura” de los hmongs. Cuando Lair se opuso al envío de refuerzos de “tipos blancos” enviados por el Pentágono, fue separado de la operación. El presidente Johnson había lanzado la escalada bélica. “Los hmongs fueron cada vez más dependientes de la potencia de intervención de la aviación estadounidense”. Una dependencia del extranjero “que corroyó la voluntad de los hmongs para luchar por sus propios objetivos”. El pequeño Laos se convirtió en el país más bombardeado del mundo, causando la muerte de incalculables víctimas civiles y provocando un gran rechazo hacia los Estados Unidos”.
Cuarenta años más tarde, en Afganistán, los EE.UU. intentan formar un ejército de reclutas pastunes pobremente instruidos. La corrupción es endémica, el trafico de drogas floreciente. Las protestas contra los bombardeos indiscriminados por la aviación estadounidense son una rutina. No dejemos a las gentes del país pensar que los poderosos Estados Unidos “resolverán sus problemas en su lugar (…). Esta no es un guerra que podamos ganar por nosotros mismos”.
New York Times. Cada vez más voces se alarman viendo a los EE.UU. comprometidos en una guerra sin salida. Esta vez, es un veterano de la CIA que relata su experiencia en Laos quien da una razón más de un fracaso previsible.
Arthur Keller participó en las acciones secretas llevadas a cabo en Laos, en los años 60, para movilizar a las tribus de montañeses hmongs contra los laosianos y los vietnamitas en guerra por su independencia. Bill Lair, otro oficial de la CIA, dirigía la operación y formaba en Tailandia los comandos de élite que iban a encargarse de “construir una resistencia anticomunista (…). La corrupción era generalizada, el cultivo de la adormidera estaba extendido y los hmongs poco instruidos, muy cerca de la Edad de Piedra”.
Los éxitos iniciales de Lair provenían de los mercenarios thais que “hablaban la lengua y comprendían la cultura” de los hmongs. Cuando Lair se opuso al envío de refuerzos de “tipos blancos” enviados por el Pentágono, fue separado de la operación. El presidente Johnson había lanzado la escalada bélica. “Los hmongs fueron cada vez más dependientes de la potencia de intervención de la aviación estadounidense”. Una dependencia del extranjero “que corroyó la voluntad de los hmongs para luchar por sus propios objetivos”. El pequeño Laos se convirtió en el país más bombardeado del mundo, causando la muerte de incalculables víctimas civiles y provocando un gran rechazo hacia los Estados Unidos”.
Cuarenta años más tarde, en Afganistán, los EE.UU. intentan formar un ejército de reclutas pastunes pobremente instruidos. La corrupción es endémica, el trafico de drogas floreciente. Las protestas contra los bombardeos indiscriminados por la aviación estadounidense son una rutina. No dejemos a las gentes del país pensar que los poderosos Estados Unidos “resolverán sus problemas en su lugar (…). Esta no es un guerra que podamos ganar por nosotros mismos”.
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