Por fin, después de una larga ausencia de visita de gobernantes locales, hace algunos días la recién instalada delegada del Gobierno Popular en Iztapalapa Clara Brugada comenzó a visitar y a realizar asambleas en las colonias populares de esta demarcación.
A pesar del frio intenso que ha habido en las tardes y noches de la Ciudad de México, la gente se congrega y espera con paciencia a su delegada, las condiciones en las que ella ha llegado hasta ese puesto han sido dramáticas, pero también levantaron más expectativas y esperanzas en la gente en general y sobre todo la de personas con menores recursos, de la tercera edad, desempleados y discapacitados.
A diferencia de otros gobernantes y autoridades, Clara Brugada no labora detrás de un escritorio en una oficina o arropada por toda una estructura piramidal o de miembros de seguridad personal, ella gobierna en audiencias pública, asambleas populares, visita colonias, calles, plazas, escuelas, centros de trabajo, personalmente pregunta y anota en su agenda todas las carencias y peticiones de la gente.
En las asambleas, la gente recibe cálidamente a Clara, ella da una explicación sencilla de los programas que el gobierno popular impulsará y hace también énfasis en la participación de la gente en esos programas, después se pasa a una consulta directa con los habitantes de la colonia visitada, se les requiere que expresen libremente sus opiniones y también que comenten, cuáles son sus peticiones tanto personales como las que solucionen los problemas de su comunidad.
Como en la mayoría de municipios del país los recursos económicos son limitados, pero se multiplican si se distribuyen honestamente y de manera equitativa, sobre todo en las necesidades más apremiantes de la población y también si se aprovecha todo ese capital humano que lamentablemente en la actualidad se desperdicia o se mantiene inerte.
Son los primeros pasos, pues falta mucho por hacer, este gobierno popular aun está comenzando y para que realmente sea popular y democrático se requiere que no solamente se quede en ofrecimientos y dadivas, sino en poner en acción a la mayoría de la gente en el conocimiento y la defensa de sus derechos, en la aplicación de la estructura de organización propuesta por el Gobierno Legítimo, en la participación consciente y organizada ante los embates que los grupos de poder del país asestan a la mayoría de la población mexicana día con día.
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