Traducción de l'Humanité por Hasardevi
Cinco meses después del golpe de estado que ha depuesto al presidente Zelaya los golpistas organizan elecciones generales para legitimar su estancia en el poder. Boicot del Frente Nacional de Resistencia
Difícil de encontrar un precedente semejante. Este domingo 29 de noviembre, 4,5 millones de hondureños fueron llamados a las urnas. Las elecciones generales (presidencial, legislativas, municipales) eran esperadas hace tiempo, pero éstas se desarrollaron en un contexto totalmente inédito, después del golpe de Estado del 28 de junio que derrocó al presidente Zelaya. El golpe fue condenado casi unánimemente por los gobiernos y los organismos políticos y financieros internacionales, la ONU, la Organización de Estados Americanos (OEA), Comisión europea, Fondo monetario internacional. El golpe se instaló permanentemente gracias a los sectores reaccionarios y oligárquicos; comenzando por aquellos del partido liberal del cual provienen Manuel Zelaya y el presidente usurpador Roberto Micheletti. Los asesinatos, amenazas de muerte, arrestos, censuras han sido cotidianos. Y sin embargo, los hondureños son convocados para ir a votar, a pesar de todo marco legal y sin que los acuerdos de salida de la crisis, los llamados de « San José Tegucigalpa », que prevén entre otras cosas, la restitución del poder a Manuel Zelaya, fueran aplicados.
Por lo tanto, el verdadero reto después del 29 de noviembre, es la actitud que adoptará la “comunidad internacional”, negándose a validar los resultados electorales. Los ojos voltean necesariamente hacia Washington. Hace una semana, en estas columnas, el Presidente Zelaya explicaba cómo las maquinaciones internas de la administración de los Estados Unidos, el nombramiento de Arturo Valenzuela al puesto de sub-secretario de Estado para Asuntos interamericanos gracias al fuego verde del senador republicano Jim DeMint, a cambio del reconocimiento de los resultados con o sin retorno al poder de Zelaya, previsto para el 2 de diciembre. Una vez más, no existe ninguna garantía de que el Presidente legítimo pueda terminar su mandato, que expira el 27 de enero. Y aunque su regreso al poder se asegurara, sólo serviría para ofrecer una legitimidad a un proceso ilegal. Si aún se duda del doble juego de los Estados Unidos, las declaraciones de Valenzuela, en el Consejo permanente de la OEA, confirman la tesis.
Estas elecciones “no son una invención del gobierno de hecho, en la búsqueda de una salida, o una forma de lavar un golpe de Estado (…) es una elección consonante con un mandato constitucional”.
Las declaraciones que tienen al menos el mérito de exponer claramente la estrategia de los Estados Unidos en la región: Honduras permanecerá en el seno de la administración US después de una adhesión considerada demasiado audaz al proyecto de integración en la Alianza bolivariana para las Américas (ALBA), iniciada hace cinco años por Cuba y Venezuela. La Unión Europea también está contra la pared. El Grupo del Partido Popular envió observadores porque, según el jefe de la derecha europea, Mayor Oreja, esas votaciones « constituyen la única esperanza de salvar la democracia en Honduras ». Esta presencia, a la inversa de la selección del Gobierno socialista español, tendría la virtud de no « secundar a la estrategia de Hugo Chávez," ha creído conveniente explicar.
En una entrevista concedida a Radio Globo, el presidente Zelaya recordó que el futuro jefe de Estado “será tan ilegal como Micheletti”. Este último se « ha ausentado temporalmente» del poder desde el miércoles, sin callar sus reproches al Brasil que pidió el aplazamiento sin fijar fecha de las elecciones. Poco antes su pseudo-desaparición había puesto en alerta a los medios de comunicación críticos, pero especialmente al Frente Nacional de resistencia, cuya consigna es el boicoteo de « la Farsa » electoral. “El voto es una obligación constitucional (...) Procederemos legalmente contra todos aquellos que intenten boicotear las elecciones, tanto de palabra como de hecho”, amenazó Micheletti.
En un país de no-derecha, Porfirio Lobo, candidato del Partido Nacional (derecha), aventajaría a Elvin Santos, del Partido Liberal, tendencia golpista, según los sondeos de opinión. ¿Pero, de que estamos hablando?
Cathy Ceïbe
[1] Sentido figurado, significa una acción hipócrita relativa a una puesta en escena engañosa. (N. de T.)
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