“La corrupción del alma es más vergonzosa que la del cuerpo.” José
María Vargas Vila (1840-1933), escritor colombiano.
Por Hasardevi
Si se va a ser radical, se tiene que ser inteligente y muy razonable. De otra forma, toda declaración incendiaria, se queda en la vociferación, en la faramalla, en desplantes sin mayor sustento que el fervor transitorio. La radicalización de un movimiento o una posición se da sobre bases firmes y también en situación grave o de necesidad. La negociación es lo propio del ente “civilizado” [Definición de radicalizar: Afianzar o afianzarse una idea o una persona en una postura extrema o intolerante].
Abundando: radicalizar es interiorizar el conflicto en un movimiento, mientras se enfrentan democráticamente las varias tendencias y proposiciones y, al mismo tiempo, generar el conflicto dentro de la sociedad en torno a las proposiciones que se están planteando. Asimismo, es ser referencia para los que se encuentra fuera de la propia organización.
Si el Che Guevara dijo claramente que un revolucionario, refiriéndose al que toma las armas, debe estar imbuido de un gran amor a la humanidad, o no es sino un asesino, a mi modo de ver, quien pugne por la reivindicación de los derechos de los más desfavorecidos debe tener gran desinterés en logros personales y domeñar la propia auto-importancia. Al reivindicar los propios derechos, deberá actuar con igual amor a la justicia y a la humanidad, o de otra suerte se verá sumido en el mero resentimiento.
La mesura ha sido, si lo observamos con cuidado, la postura más visible de Andrés Manuel López Obrador; las medidas “extremas” (si se quiere llamarles así) como haber tomado las calles en el 2006 a consecuencia del burdo fraude perpetrado por la mafia que gobierna en abierta complicidad con los medios, se tomaron a plena conciencia y han sido en todo este proceso de RCP, las menos.
López Obrador insta constantemente a que la gente, lea sobre resistentes notables en el mundo, aprenda sobre la historia y los hombres valiosos de México, examine cuidadosamente el entorno político y social sin dejarse guiar por los medios masivos tramposos y no permita los atropellos en su persona. El apela constantemente a la conciencia de la gente, a la generosidad de mexicano, a sus valores como personas y como grupo, ya que sobrada muestra de ello han dado a través de los acontecimientos que saben enfrentar con el mejor de los talantes.
Esta congruencia en el hacer del presidente legítimo, se ha visto constantemente puesta a prueba por el entorno viciado incluso al seno del propio partido al que pertenece, ni qué decir del embate artero e inmisericorde al que se ve diariamente expuesto. Y sale avante me parece. ¿Qué hay de los políticos que lo rodean? Uno nunca sabe.
Tan pronto están con él cuando de captar votos se trata, tan pronto le dan la espalda en aras de sus muy egoístas ambiciones personales. Al así hacerlo, repudian a la ciudadanía que los puso donde están, se burlan de la manera más desvergonzada de la gente que los distinguió con su confianza y, en chocantes anuncios pagados, una parte de estos políticos indecentes, los más cínicos y oportunistas piden hipócritas disculpas a esa parte de la sociedad que siempre los ha visto, los que no con profundo desprecio, con gran desconfianza y, ante ellos, despliegan su ridículo vodevil televisivo.
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Retomo el hilo de aquello con que inicié este razonamiento: si el movimiento de resistencia civil se agota ¿qué sigue? ¿a dónde se está dispuesto a llegar? ¿cuál será la tónica de las acciones? El presidente legítimo, a quien por aclamación se nombró así en asamblea general, a quien la RCP sigue desde hace ya dos años y dos meses, jamás, repito, jamás ha considerado la posibilidad de un estallido violento dentro de este movimiento. De ahí su exhorto a que se tenga claro lo que la resistencia y/o desobediencia civil pacífica significa.
La vía política, si no clausurada, tiene un muy escaso margen habida cuenta de la turbiedad que impera en el país, un país que se ve fuertemente cimbrado en sus cimientos en todos los aspectos: instituciones desvencijadas y corruptas, clase política y gobernante que se confunde con el crimen organizado, impunidad rampante, deterioro económico y social, arremetidas contra el estado laico y la educación gratuita... la lista es interminable. AMLO lo señaló sin ambages: desde el congreso no se va a resolver nada. Lapidario señalamiento. Entonces este año, las elecciones ¿qué? La información sobre cada candidato es obligado buscarla por cada resistente y su difusión oportuna para que no se sorprenda la buena fe... o la ignorancia de las personas.
Quienes estamos en este movimiento de resistencia civil pacífica sin otro interés que una verdadera evolución en el estado de cosas de nuestro país, con la legítima aspiración a una vida digna, con trabajo suficientemente remunerado para la mayoría, que es quien ahora sufre por las inequidades de un sistema virreinal disfrazado de democracia, debemos, estamos obligados a ejercer una seria auto-crítica, a exigirnos seriedad y congruencia, a moderar la expresión y activar la razón, la acción debe ser precisa en absolutamente todos los actos de nuestra vida cotidiana, el menor descuido lleva a debacles como la que vive hoy en día la vapuleada “izquierda mexicana”.
Cien individuos con convicción, organizados y con una actitud intachable, son un millón de veces más poderosos que una masa de millones sin mística, sin ideales.
El que tiene en sus manos poder, decía un escritor, tiene en sus manos responsabilidad. Y ante todo, el poder debe considerarse como una forma de servir al prójimo.