LE MONDE Par Anne Michel
6 Noviembre 2014
Traducción por Hasardevi
Miles de millones de euros de
ingresos fiscales se evaporaron a través de acuerdos fiscales secretos. Más de
300 multinacionales cuestionadas, incluyendo las estrellas de la economía, tales
como Apple, Amazon, Heinz, Pepsi, Ikea, Deutsche Bank ...
En una encuesta llevada a cabo en
colaboración con el consorcio estadounidense de periodismo de investigación
ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación) y de cuarenta
medios de comunicación extranjeros (The Guardian del Reino Unido, El Süddeutsche
Zeitung en Alemania, la televisión pública canadiense Canadian Broadcasting
Corporation, la Asahi Shimbun en Japón, etc.), Le Monde revela el subsuelo del
sistema fiscal de Luxemburgo.
- ¿Por qué el interés en Luxemburgo ?
Durante varios meses, Luxemburgo con
los Países Bajos e Irlanda, están en el corazón de la controversia sobre los
beneficios fiscales para grandes empresas. La OCDE (Organización para la
Cooperación y el Desarrollo), encargado por el G-20 para luchar contra las
prácticas de evasión fiscal agresivas de las multinacionales, hizo presión
sobre este pequeño estado de la Unión Europea para que desista de sus disposiciones
fiscales más polémicas. Estas son legales, pero se consideran perjudiciales. Se
priva a los estados de ingresos fiscales sustanciales en un contexto de escasez
presupuestal.
Por su parte,la Comisión Europea investiga desde junio, sobre las prácticas de un país que ha
construido un sistema fiscal a la medida de estos grandes grupos, a pesar de la
ley común. Ella cree que las ventajas concedidas a algunas empresas se podrían
comparar a una ayuda estatal ilegal. Un brazo de hierro jurídico está
comprometido con Luxemburgo.
La próxima cumbre de Jefes de
Estado y de Gobierno, prevista en Brisbane, Australia el 15 y 16 de noviembre,
debe adoptar un plan para luchar contra la optimización fiscal agresiva de las
empresas multinacionales.
- ¿Qué revelan estos acuerdos fiscales?
Gracias a la ICIJ tuvimos acceso en
meses pasados, a 28 000 páginas de acuerdos fiscales secretos (llamados reglas
fiscales) que datan desde 2002 hasta 2010, firmado entre el Gran Ducado de
Luxemburgo y 340 grandes empresas. Estos acuerdos provienen de la gran
consultoría y auditoría Price waterhouse Coopers (PwC). Por tanto sólo se aplican
a los clientes corporativos de PwC.
Estos grupos se ahorran miles de
millones de euros cada año a través de la creación de una sociedad holding o de
una filial en Luxemburgo, con muy pocas actividades y empleados. Ellos perjudican a los
países en los que estos beneficios tuvieron lugar.
- ¿Cuáles son las empresas más agresivas
fiscalmente?
La presencia de grandes
multinacionales estadounidenses en Luxemburgo y las estrategias de optimización
que organizan, son conocidas desde hace varios años. Pero los documentos
fiscales que analizamos las muestran en toda su amplitud.
Ellos traen a la luz los
complejos arreglos de evasión fiscal en el que Luxemburgo es sólo un eslabón de
la cadena, junto a los más exóticos centros financieros extraterritoriales.
También muestran que la planificación fiscal calificada de agresiva por expertos
de la OCDE es un "deporte" en el que parecen participar la mayor
parte de las grandes empresas.
Alemanes,
holandeses, belgas, suecos, los principales grupos europeos, están atrapados en
la red de estas revelaciones ... El caso de Ikea es emblemático. En los datos de PWC aparecen grupos franceses como Axa y el
Crédito Agrícola, pero en un nivel inferior.
Se aprovechan de un entorno favorable para la gestión de los fondos de
inversión.
• ¿Luxemburgo está dispuesto a cambiar sus
prácticas?
Bajo la presión, Luxemburgo
planea cambiar las normas para la concesión de resoluciones fiscales en el año
2015 para que sean más transparentes y, sobre todo, que sean más adecuadas. Sin
embargo, Luxemburgo tiene la intención de continuar con esta práctica al dar
fuerza de ley a los acuerdos que, por el momento, carecen de fundamento
jurídico.
En una entrevista con Le
Monde, el ministro de Finanzas de Luxemburgo, Pierre Gramegna, defiende el
sistema. Él explica que "la práctica de regla fiscal es parte de [la] herencia
[del Gran Ducado]", y que van a "perpetuarla dentro del respeto a las
reglas-” " El mantenimiento de una cierta competitividad -leal, entre los
Estados en el ámbito de los impuestos, es necesario ", dijo.