24 de Julio, 2014
(Información
de LE MONDE por Benjamín Barthe)
Traducción
por Hasardevi
« Lluvias de
Verano » en 2006, « Plomo endurecido » en 2008-2009,
« Pilar de defensa » en 2012, « Borde de protección» en 2014: la
historia de las relaciones entre Israel y Gaza, desde que los colonos judíos
fueron evacuados del pequeño territorio costero en 2005, parece limitarse a una
sucesión de operaciones militares. Apenas finaliza un ciclo de violencia cuando
un nuevo episodio parece prepararse.
¿De quién es la
culpa ? Cada uno de los protagonistas defiende su derecho y su relato de
los orígenes del conflicto, confundiendo así a los observadores.
La confusión del público es alimentada por las reacciones de las
cancillerías occidentales. Cuando no dan un apoyo casi explícito a la operación
militar israelí, se mantienen en un estricto paralelismo.
MODERNA LEY DEL
TALIÓN
Se
ha impuesto de manera insensible la idea de que Israelíes y Palestinos son
prisioneros de una ley del talión moderna. Un atavismo arcaico que les incitaría
a masacrarse a intervalos regulares. Y eximiría a la comunidad
internacional de toda responsabilidad.
Para escapar a este fatalismo, hay que relatar otra historia. La ocupación de la Franja de
Baza, contrariamente a lo que afirma Israel, no ha terminado con la salida del último
de sus soldados el 11 de septiembre de 2005. Como recuerda oportunamente la
organización no gubernamental israelí Gisha en su sitio Internet, el Estado
hebreo sigue controlando sectores enteros de la vida de los Gazaouis: el
registro civil, las aguas territoriales, el espacio aéreo y la única terminal
comercial.
El
ejército israelí prohíbe a casi la totalidad de los habitantes visitar Cisjordania, en violación a los
acuerdos de Oslo, que hacen de los dos territorios palestinos una sola y la
misma entidad jurídica. Los habitantes del enclave arenoso ya no tienen el
derecho de entrar en la « zona de amortiguación », faja de 500 m a 1 km de
ancho a lo largo de la frontera con Israel, en donde éstos a menudo poseen tierras
agrícolas. Los que se arriesgan a hacerlo son abatidos sistemáticamente.
El antropólogo
Jeff
Halper, figura del campamento de la paz israelí, hace uso de una metáfora
carcelaria para resumir el efecto paradójico de la separación de 2005: "En
una cárcel también, los detenidos controlan lo esencial del espacio, dice. Por
tanto, no son libres.”
LA APATÍA DE LA
COMUNIDAD INTERNACIONAL
A partir
de estos hechos, la mayoría de los expertos en derecho internacional han
concluido que la banda de Gaza sigue bajo ocupación. Es la posición oficial de
las Naciones unidas. Tal estatuto exige del ocupante que garantice el
"bienestar" de la población ocupada. Pero Israel constantemente se
sustrae a estas obligaciones. Gracias al refuerzo de Egipto del Mariscal Abdel
fattah Al-sissi, ferozmente hostil al movimiento Hamas, y a la apatía de la
comunidad internacional, el cerco de Gaza se ha agravado. Según la oficina de
estadística palestina, la taza de desempleo para los jóvenes de 15 a 29 años,
alcanzó 58% durante el primer semestre de este año. 70% de la población depende
de las distribuciones de ayuda humanitaria para sobrevivir.
Los estallidos de
violencia de 2006, 2008, 2012 y 2014, estuvieron todos vinculados, directa o
indirectamente, al encierro de los habitantes de Gaza. Estado que no se remonta
a la elección de Hamas, en 2006, sino a la primera guerra del Golfo en 1991. Es
desde esta fecha, anterior al comienzo de los atentados suicidas, que los
palestinos de Gaza perdieron el derecho de circular libremente.
Todas
las Treguas negociadas en el pasado han incluido las cláusulas de suspensión del
bloqueo, como la reapertura de la terminal de Rafah, con Egipto, o la
ampliación de la zona de pesca. Y todas fueron parcial o totalmente ignoradas
por Israel y su aliado egipcio. La que está en curso de ser elaborada, no será
la excepción.
Hamas tiene su parte de responsabilidad. También ha violado los acuerdos de
cese al fuego, al importar, vía los túneles de Rafah, todo un arsenal de
misiles iraníes. En lugar de construir Casamatas subterráneos, para uso
exclusivo de sus responsables, los islamistas habrían hecho mejor en construir
refugios antibombas abiertos a sus ciudadanos. Sangrado por el bloqueo, Hamas
ha intentado, a intervalos regulares, de blanquear su imagen de movimiento de
"resistencia" desafiando a Israel.
PROCESO DE EXTORSIÓN
La única
manera de romper este círculo vicioso – y, en particular de marginar el Hamas –
es revitalizar el proceso de paz. No un proceso de extorsión regido por la ley
del más fuerte, como han sido la mayoría de las sesiones de negociaciones de los
dos últimos decenios. Sino conversaciones sobre una plataforma de igualdad, con
el derecho internacional como referencia.
Sin
embargo, el viernes 11 de julio, al margen de una conferencia de prensa sobre
el asunto de Gaza, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se declaró
categóricamente opuesto a la creación de un Estado palestino soberano.