Mictlaxochitl
Por Jorge G.
Septiembre, 2023
Una de las expresiones de la naturaleza que más han cautivado a la humanidad es la capacidad de renacimiento del reino vegetal y no particularmente lo que se refiere las flores, preludio de la reproducción. Tan es así, que hemos creado un lenguaje florido para expresar emociones que no pueden ser contenidas por las palabras y con el auxilio de las flores logramos el énfasis necesario, lo mismo para enamorar que para desear buen camino a los que emprendieron la marcha hacia el más allá. "Cultivo una rosa blanca".
Pero las flores, como la humanidad, contienen la diversidad y a las flores bellas de agradable aroma hay que añadir otras cuya apariencia es extraña y el olor desagradable como por ejemplo la conocida como flor de la carroña.
Y el mundo indígena tampoco es la excepción, hay individuos indígenas perversos, que mienten, que comprometen el futuro de sus hermanos poniéndose al servicio del opresor. El ser indígena vive en el corazón y cuando ha sido ahogado por la ambición el portar un huipil no lo revive.
El arribo del humanismo Mexicano a la vida pública hizo caer muchas máscaras, y ejemplos hay muchos; pero otras nuevas son levantadas y en la desbocada y anticipada carrera sucesoria la mascarada no podía faltar. La señora Xóchitl Gálvez se ha puesto una máscara de indígena para ocultar el rostro que olvidó ser indígena para servir a la oligarquía.
Inicialmente este pensamiento se llamaría tlilxochitl, flor negra, pero en náhuatl, así es nombrada la vainilla: lejos estamos del pensamiento indígena que no asocia, superficialmente, a un color con la maldad. Creo, finalmente, que el título elegido va más acordé con la sujeto que motivó está reflexión: flor venenosa.