NACIONES UNIDAS (Reuters) - El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, expresó el martes preocupación por la crisis en Honduras, donde el Gobierno de facto ha endurecido medidas contra medios y la población civil tras el inesperado regreso del depuesto presidente Manuel Zelaya.
Zelaya regresó a Honduras hace una semana y se encuentra refugiado en la embajada de Brasil en la capital, Tegucigalpa, desde donde presiona para ser restituido en la presidencia, de la que fue sacado con un golpe de Estado el 28 de junio.
"Estoy profundamente preocupado por los acontecimientos en Honduras. Un estado de emergencia ha incrementado las tensiones", dijo Ban en conferencia de prensa.
"Noto que el Congreso de Honduras ha rechazado la suspensión de las libertades civiles y urge a respetar las garantías constitucionales", añadió.
Militares hondureños sacaron el lunes del aire a dos medios de comunicación leales a Zelaya, tras decretar la suspensión de la libertad de asociación, movimiento y prensa.
El presidente de facto, Roberto Micheletti, ha dado un ultimátum de 10 días a Brasil para que asile a Zelaya o lo entregue a la justicia, lo que ha creado roces con el Gobierno del país sudamericano.
"Las amenazas al personal de la embajada (...) son intolerables. El Consejo de Seguridad (de Naciones Unidas) ha condenado esos actos de intimidación. Yo también lo hago, en los términos más fuertes", Ban.
Para la Organización de Estados Americanos (OEA) y el resto de la comunidad internacional, la solución del conflicto pasa por la restitución de Zelaya, que tuvo acercamientos con Micheletti la semana pasada acerca de un diálogo, pero radicalizaron sus posiciones durante el fin de semana.
El Gobierno de facto de Honduras invitó a una misión de la OEA a visitar el país el 7 de octubre para intentar destrabar el diálogo con Zelaya.
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