Arias aseguró que no quiere que honduras se convierta en una "especie de Albania centroamericana".
El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, instó este martes al gobierno interino de Honduras encabezado por Roberto Micheletti a que derogue las medidas de excepción adoptadas el pasado sábado que han acarreado la suspensión de determinadas garantías constitucionales en la nación centroamericana.
"Yo hablé ayer con Roberto Micheletti y me prometió que el día de hoy (martes) haría consultas con el congreso y los magistrados de la corte para ver si es posible la derogatoria de ese decreto", explicó el mandatario desde Miami, Estados Unidos, donde participó en la Conferencia de las Américas, encuentro en el que se analizan las perspectivas económicas y políticas para la región latinoamericana al que asistió BBC Mundo.
Arias, mediador en la crisis hondureña e impulsor del Acuerdo de San José, aseguró que si las elecciones previstas para el próximo mes de noviembre se llevan a cabo bajo las actuales circunstancias, se pondrá en riesgo el reconocimiento de los resultados de los comicios por parte de la comunidad internacional.
"Quiero ser categórico en esto. Esta crisis no se resuelve solamente con elecciones. (...) Insistir en celebrar elecciones en estas circunstancias, depreciando los puntos del acuerdo de San José e impidiendo el ejercicio de derechos fundamentales, es poner cuesta arriba un reconocimiento electoral necesario para devolverle a Honduras su estatus en la comunidad internacional", aseguró el mandatario costarricense.
"¿Qué tipo de elecciones democráticas son estas en las que no se pueden realizar reuniones públicas sin autorización del ejercito? ¿Qué tipo de elecciones son estas en las que los medios de comunicación pueden ser clausurados por contravenir disposiciones gubernamentales no especificadas?, se preguntó Arias, quien aseguró no quiere que honduras se convierta en una "especie de Albania centroamericana".
"Escalada de violencia"
Invité a Zelaya y a Micheletti a San José para que negociaran, pero no fue posible sentarlos juntos a la mesa. Es difícil llegar a un acuerdo si no se miran a los ojos
Oscar Arias, presidente de Costa Rica
El presidente costarricense aseguró que "el sorpresivo retorno del presidente (Manuel) Zelaya a su país y su permanencia en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, ha reavivado la necesidad de dialogo ante el peligro de un brote de violencia en las calles".
"Invité a Zelaya y a Micheletti a San José para que negociaran, pero no fue posible sentarlos juntos a la mesa. Es difícil llegar a un acuerdo si no se miran a los ojos", señaló.
El mandatario hizo un llamado "a ambos sectores a que renuncien a la guerra de palabras (…) ya que una escalada verbal se traducirá casi forzosamente en una escalada de violencia".
Arias amplió la solicitud a otros líderes de la región "cuyas declaraciones atizan el fuego en vez de aplacarlo".
"Nada amerita que se derrame sangre de la población. Ni siquiera la defensa de los más nobles ideales", aseguró.
Arias reiteró que el Acuerdo de San José "sigue siendo la base de los esfuerzos de dialogo" y se mostró optimista con la posible visita a Tegucigalpa del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y diez cancilleres, prevista para el próximo 7 de octubre.
"La peor Constitución"
Preguntado sobre si el marco legal existente en Honduras permitió que ocurriera el golpe de Estado contra Manuel Zelaya, Arias aseguró que pudo ser así ya que "no hay una Constitución peor sobre la faz de la tierra" que la hondureña.
"Pienso que es una invitación al golpe de Estado. No recoge ningún juicio político para un presidente que esté haciendo las cosas mal. (...) La única manera de llamar a cuentas al presidente Zelaya fue sacándolo amenazado con metralletas", aseguró Arias.
Es por ello que el mandatario cree que eso es algo que deberá resolverse "y si no se puede convocar una constituyente, se tendrán que llevar a cabo las reformas constitucionales pertinentes".
"Solventar esta crisis es devolverle la tranquilidad a más de siete millones de hondureños, pero es también asegurar la vigencia de la democracia en nuestra América Latina", concluyó Arias.
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